Apenas un 10% de la industria local realiza un adecuado tratamiento de sus residuos, según un relevamiento confeccionado específicamente por la Dirección de Sustentabilidad de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y por el Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). En este sentido, Matías De Bueno, director del Observatorio Ambiental de la UNR, dialogó con Pablo Gago para el programa Futuro Sustentable, por AM 1220.
Futuro Sustentable: ¿Cómo surge este relevamiento?
Matías De Bueno: Este estudio se hace a través de un relevamiento de datos de las empresas tratadoras de residuos industriales y de los datos oficiales que existen sobre la cantidad de industrias que generan residuos en el país, que son prácticamente todas. Lo que vamos haciendo es sectorizar de acuerdo al tipo de industria y tamaño. A partir de ahí, vemos qué es lo que se fue tratando. Este es un primer informe, realizado entre mayo y junio, y vamos a seguir haciendo informes bimestrales. Nosotros detectamos que se están generando anualmente, aproximadamente, 32 millones de toneladas de residuos industriales, peligrosos y patogénicos, y se tratan 3,2 millones. Esto genera un daño ambiental. Hay 3 problemas clarísimos: la falta de control del Estado, la falta de conciencia ambiental de los sectores industriales y algún nivel de competencia desleal entre industrias tratadoras, donde algunas pueden llegar a otorgar certificados que no son verdaderos.
FS: Este es un problema muy grande y hay un punto relevante, que es la fiscalización por parte del Estado, ¿Cierto?
MDB: Así es. El problema es muy grande y no es desconocido, sobre todo para las autoridades estatales. Ya no podemos mirar para el costado. Todo residuo que no es tratado es dispuesto de manera ilegal. Eso termina en el río, en el ambiente, en basurales a cielo abierto, generando una grave contaminación, enfermedades en las personas e incluso la muerte. Sin ir más lejos, acá cerca en Ceres, por una fábrica de baterías que no trató correctamente los desechos de los lugares donde se emplazaban, terminó con la muerte de una nenita de un año. Así pasan casos permanentemente. La cuestión ambiental está relegada en la agenda, pero de a poco va tomando más dimensión.
Si los controles fallan, se amplía el margen para comportamientos oportunistas por parte de los generadores de residuos, lo que se traduce en actividades para deshacerse de ellos de forma clandestina a fin de disminuir costos
FS: Ante esos números tan alarmantes, tenemos que pedirle al Estado que fiscalice y controle, ¿No?
MDB: Son dos acciones muy concretas que tiene que tener el Estado: por un lado, la fiscalización y el control, que tienen que ser mucho más duros, y el incentivo de políticas que permitan generar reconversiones industriales de las empresas que generan residuos y que mejoren la capacidad de tratamiento de las que ya están trabajando con esto. Es decir, son acciones de control y de políticas concretas para mejorar la calidad de tratamiento de los residuos.
De acuerdo con el reporte, la paulatina apertura de la economía post-cuarentena estricta y la reactivación de determinadas industrias han impactado de manera directa en la gestión de residuos. “El estimado de empresas activas generadoras de residuos industriales, especiales y peligrosos es de 255.000, mientras que sólo 26.900 contratan tratamiento de residuos industriales, especiales y peligrosos.