A través de su propósito de marca, Nutrilon4 alienta una crianza más libre de estereotipos porque entiende que una mirada más amplia y diversa favorece las posibilidades de los niños y sus elecciones a futuro. La psicóloga María Roca, científica investigadora independiente del CONICET y directora de INECO Organizaciones, colaboró con Nutrilon4 para aportar la mirada especializada y en este sentido dialogó con Pablo Gago y Patricia Melgarejo en el programa Futuro Sustentable, por AM1220, radio EcoMedios.
Futuro Sustentable: ¿Cómo marcan a un niño sus experiencias en los primeros mil días de vida?
María Roca: Como psicóloga puedo hablar de las experiencias en la primera infancia. Cuando el niño nace, el cerebro se está desarrollando y sigue desarrollándose por mucho tiempo. Pero es cierto que durante los primeros años de vida son fundamentales esas primeras experiencias con las que se encuentra. Todo lo que tenga que ver con el acceso a una buena estimulación, educación y alimentación serán fundamentales a lo largo de la vida. Es el momento en el que los caminos se establecen y lo sostendrán a lo largo de la vida.
FS: ¿Hablamos de la forma en que el cerebro puede procesar la información?
MR: Definitivamente. El cerebro nace y se hace. En el cerebro de un niño, pero también en el del adulto, existe eso que llamamos neuroplasticidad. Cada nueva experiencia por la que pasamos hace que ciertos caminos se fortalezcan, y los caminos que se han recorrido son los que se van a sostener. Esto ocurre tanto a nivel biológico como a nivel funcional. Por ejemplo, hay un estudio que dice que en los primeros días de vida los niños están capacitados para distinguir los diferentes fonemas de diferentes lenguas. Después, alrededor de los nueve meses pierden esta habilidad. Y esto tiene que ver con que el cerebro mantiene aquellas funciones que utiliza, las funciones que son estimuladas. Por eso es tan importante la estimulación en estos primeros años, aunque eso de los 1000 días es una forma de remarcar la importancia de estos primeros años, pero la plasticidad del cerebro se sostiene a lo largo de la adolescencia e inclusive de la edad adulta.
FS: ¿Qué pasa si por diferentes razones se ha perdido la oportunidad de esa estimulación? ¿Es posible recuperar ese desarrollo?
MR: Es interesante ese planteo. Hay estudios que muestran que cuando ha habido algún impacto en ese desarrollo, ya sea por alguna enfermedad, algún problema que haya surgido en el nacimiento, por estrés de la madre o mala nutrición en la primera infancia, las campañas de estimulación cognitiva, que buscan generar esa estimulación en los niños, muestran resultados positivos. Generar experiencias, hace que las habilidades que quizás no se han desarrollado con la misma fuerza, comiencen a fortalecerse. Lograr el nivel óptimo de desarrollo va a depender de persona a persona, pero vale la pena llevar a cabo la campaña de estimulación.
La primera infancia es el momento en que nuestro cerebro y nuestras funciones más crecen y más se adaptan. Por eso es importante cuidar integralmente al niño y entender que, junto con la estimulación cognitiva y las experiencias, debe tener un acceso adecuado a la alimentación, a la salud y la educación.