Son muy pocos los que a esta altura continúan cuestionando el impacto del cambio climático sobre el planeta: es que, superando las previsiones más pesimistas, los eventos extremos dejan una huella global en la que poblaciones de todo el mundo van siendo afectadas.
Y del mismo modo, todas las industrias van expresando de modo diverso el impacto. Ahora es el turno de las compañías aseguradoras: en el primer semestre de este año pagaron por desastres naturales (como tormentas e inundaciones) un 22 por ciento por encima del promedio de los últimos 10 años, según datos de Swiss Re, una compañía del sector.
Solo las tormentas invernales que asolaron Europa en febrero provocaron daños asegurados por valor de 3.500 millones de dólares. Un fenómeno atmosférico muy inusual (una “corriente en chorro”) sobre el Atlántico Norte provocó una serie de tormentas que dejaron a cientos de miles de personas sin electricidad y multitud de edificaciones sin techo. De hecho, en Inglaterra se registró un récord para la velocidad del viento: ráfagas de 196 km/h en la Isla de Wight.
Otras calamidades climáticas, como las inundaciones en Sudáfica, India, China y Bangladesh y, las tormentas en los Estados Unidos, resultaron en un total de 35 mil millones de dólares en pérdidas aseguradas en la primera mitad de 2022.
La calamidad relacionada con el clima más cara del mundo en lo que va del año fueron las inundaciones en Australia en febrero y marzo.
A principios de marzo en el sur de Queensland y el norte de Nueva Gales del Sur, en apenas una semana llovió más que lo esperado para todo el año. Miles de personas fueron evacuadas de sus hogares y sufrieron escasez de alimentos, y 22 personas murieron. El episodio costó 3500 millones de dólares en pagos de seguros.
El informe de la aseguradora resalta que el calentamiento del clima está exacerbando las sequías y aumentando la probabilidad de incendios forestales, pero también insiste en que las catástrofes so más probables en las áreas donde la rápida expansión urbana se superpone con áreas silvestres.
El informe de la consultora presenta la evolución de los daños asegurados relacionados con el clima en las últimas tres décadas. La gráfica muestra que han crecido entre un 5 y un 7 por ciento anual desde la década de 1990. Los riesgos secundarios, incluidas las inundaciones, representan más del 70 por ciento de todas las pérdidas aseguradas.
Las catástrofes crecen en número e intensidad; los daños asegurados igual. Gráfica: mencionado reporte
El aumento puede estar asociado no sólo al aumento en la ocurrencia e intensidad de las catástrofes sino también a la expansión de los servicios de seguro.
Sin embargo, en este punto el reporte señala que dos tercios de todas las catástrofes naturales que ocurren no tienen cobertura de seguros y que las principales deficiencias en las coberturas están en los países en desarrollo, precisamente los más vulnerables al cambio climático.