La Cumbre del Clima en Madrid (COP25) concluyó sin llegar a un consenso sobre la regulación de los mercados de carbono, tema que no fue incorporado en el documento final “Chile-Madrid, tiempo para actuar” que compromete a los países a evitar que la temperatura media del planeta suba este siglo por encima de 1,5 grados.
En el resultado final de la XXV Conferencia de las partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU -la más larga de la historia- persistieron los grandes obstáculos relacionados con esos mercados (Artículo 6 del Acuerdo de París), uno de los cuales fue el referido a la doble contabilidad que algunos países quieren evitar.
El acuerdo final de la COP25 establece que los países deberán presentar en 2020 compromisos más ambiciosos de reducción de emisiones (llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas) para hacer frente a la emergencia climática.
Según el documento final, el conocimiento científico será “el eje principal” que debe orientar las decisiones climáticas de los países para aumentar su ambición que debe actualizarse permanentemente de acuerdo a los avances de la ciencia.
Además, reconoce la acción climática de los actores no gubernamentales a quienes invita a que la incrementen y generalicen estrategias compatibles con el clima.
El secretario general de la ONU, António Guterres, se declaró hoy “decepcionado con los resultados” de la Cumbre en la que participaron representantes de 200 países.
“La comunidad internacional perdió una oportunidad importante de mostrar una mayor ambición en mitigación, adaptación y finanzas para afrontar la crisis climática”, dijo Guterres a través de un comunicado.
Por su parte, la presidenta de la Cumbre y ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, señaló que la intención era “cerrar el Artículo 6 para implementar un mercado de carbono robusto con integridad ambiental, enfocado en generar recursos para transitar hacia un desarrollo sustentable”.
Sobre este tema, la ministra chilena y Brasil mantuvieron durante los últimos días de la cumbre una puja respecto a la regulación de los mercados de carbono, según informó la agencia de noticias EFE.
Igualmente, Schmidt destacó la aprobación de “un plan de acción para fortalecer el rol y empoderar a las mujeres en sus respectivas comunidades locales”.
Otro de los temas clave motivo de discrepancias fue el relativo a la transición de los remanentes de derechos de emisiones que algunos Estados conservan del Protocolo de Kioto que entró en vigor en 2005 para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y que pretenden mantener en la transición al Acuerdo de París adoptado el 12 de diciembre de 2015.
La Unión Europea aceptó abrir un plazo de transición para reconocer los bonos de carbono (mecanismo internacional para reducir las emisiones contaminantes) hasta 2023, pero Brasil insistió en que se alargue ese período al menos hasta 2025, informaron fuentes de la delegación chilena.
Como las diferencias no se limaron por completo, la Presidencia Chilena pospuso una posible solución hasta la próxima Conferencia (COP26) que se celebrará en noviembre de 2020 en Glasgow, Escocia.
Los textos en los que se avanzó no fueron sometidos a votación, ya que si se votaban y no se aprobaban caían por completo.
Sobre esta discusión, la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, expresó en su cuenta de Twitter que “se trabajó intensamente para asegurar unos mercados de carbono globales que aseguren una contabilidad robusta respetuosa de la integridad ambiental”.
Estaba previsto que la COP25 se celebrara en Chile pero debido a la crisis social y política, el país trasandino renunció a la organización de la cumbre.
De la cumbre participó el flamante ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, y una semana antes de dejar la Presidencia también lo hizo Mauricio Macri.