El pasado domingo 28 de enero se conmemoró el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de Dióxido de Carbono – CO2, una fecha creada por las Naciones Unidas (ONU) para tomar conciencia sobre el cuidado del planeta. Con el objetivo de sensibilizar a la sociedad, los profesionales de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) invitan a toda la industria y a la sociedad a elegir a la madera como material de construcción del presente y del futuro por su gran capacidad de captación de dióxido de carbono, entre otros beneficios.
El panorama es cada vez más aterrador y preocupante. Inundaciones y sequías, olas de extremo calor y polares y un sinnúmero de catástrofes ambientales y climáticas se suceden a diario en todo el mundo. Es imperativo que las emisiones de CO2 para 2030 se reduzcan entre un 28% y un 42% para alcanzar los 2°C y los 1,5°C (*) El camino es aún posible, la opción de elegir materiales naturales por sobre los combustibles fósiles es una de las herramientas más eficaces, junto con la reforestación y una permanente concientización social sobre la mitigación y las transformaciones con bajas emisiones de carbono.
El cambio climático es uno de los problemas más urgentes y complejos que enfrenta el mundo actualmente y sus efectos no se detienen. Esto se debe a tres hechos en que los científicos coinciden: la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera terrestre, que está directamente relacionada con la temperatura media mundial de la Tierra. Esta concentración que ha ido aumentando progresivamente desde la Revolución Industrial y, con ella, la temperatura del planeta y que, justamente, el GEI más abundante es el dióxido de carbono (CO2), que resulta de la quema de combustibles fósiles.
El petróleo y el carbón estuvieron miles de años enterrados y no son parte del ciclo natural del carbono, sino que agregan CO2 extra produciendo cambios rápidos en la atmósfera, el océano, la criosfera y la biosfera. Por ello, hay una agenda global para reducir las emisiones de CO2 a través de una transición energética y también una transición productiva y de consumo, que reduzca la emisión de GEI y que logre la carbono neutralidad para el año 2050.
EL ROL DE LA MADERA PARA CAPTAR CO2
El uso de la madera proveniente de una gestión forestal sostenible hace un aporte importante a la transición energética, productiva y de consumo al permitir sustituir productos no renovables y de uso intensivo de energía por otro renovable y de baja emisión de GEI. “La madera no solo tiene la capacidad de almacenar el CO2 en sus usos sólidos (construcción, muebles, pisos, etc.) sino que, además, ofrece alternativas para sustituir productos de origen fósil (combustibles, plásticos, químicos) y de alto consumo de energía (cemento, minerales) que no son renovables y que permiten una estrategia la descarbonización de las cadenas de suministro. Estas características no solo ayudan a la mitigación del cambio climático en toda la cadena productiva, sino, además, a una bioeconomía circ ular, y con ello, a opciones más sostenibles e inclusivas, dada la alta creación de empleo que genera, aportando al crecimiento y al desarrollo económico” explican desde FAIMA.
El uso de la madera como sustituto de productos no renovables y de uso intensivo de energía es un aporte importante para promover cadenas de suministro que vayan reduciendo la huella de carbono y aporten a lograr la carbono neutralidad necesaria para evitar una tragedia climática y, al mismo tiempo, a una bioeconomía circular que colaboren a los objetivos de desarrollo sostenible. Para ello, se requieren políticas públicas que permitan mejorar la información y los incentivos a preservar los bosques, plantar árboles y profundizar el uso de la madera como sustituto de productos con mayor impacto climático y ambiental. Y el compromiso de las empresas y las personas para sumarse a esta necesaria acción por el clima.