Estados Unidos anunciará el cierre a la importación de biodiesel local en agosto, tras determinar que el biocombustible recibe subsidios. Así, la industria de los carburantes verdes perderá a su principal comprador. La decisión coincidirá con la llegada al país del vicepresidente norteamericano Mike Pence.
La visita del número dos de Donald Trump tendrá como acompañante al secretario de Comercio (ITC, por sus siglas en inglés), Wilbur Ross. Ese organismo es justamente el que dará a conocer de forma “preliminar” que el biodiesel nacional recibe subsidios de aproximadamente un 29% (porcentaje que resulta del diferencial que tiene el grano de soja con el combustible verde por la aplicación de los derechos de exportación). En otras palabras, que se compra más barato el poroto para su producción.