El Gobierno de las Islas Feroe anunció ayer que evaluará el futuro de la caza de delfines tras la polémica matanza de 1.428 en la captura de ballenas piloto.
El episodio ha planteado algunas cuestiones sobre esa caza, como los métodos usados y el número de delfines capturados, señaló el Gobierno ayer en un comunicado. También, hablaron de una situación “extraordinaria”, ya que la cifra de ejemplares triplica la más alta registrada anteriormente.
“Nos tomamos este tema muy en serio. Aunque estas cazas son consideradas sostenibles, miraremos con atención las de delfines y qué papel deberían jugar en la sociedad feroesa. El Gobierno ha iniciado una evaluación de las reglas para capturar delfines blancos”, declaró el presidente, Bárður á Steig Nielsen.
La caza de ballenas piloto es una tradición feroesa que se remonta a la época de los vikingos, defendida por las autoridades frente a las protestas de los ecologistas, y en la que suelen capturarse también delfines en menor proporción. Fueron 35 el año pasado.
Las ballenas y otros animales son sacrificados, según la tradición, en el mismo lugar y la carne se distribuye de forma gratuita entre las comunidades locales. La caza anual de ballenas piloto, que ronda los 600 ejemplares, supone “una imagen dramática para gente no familiarizada con el sacrificio de mamíferos”, según lo destacado por las autoridades feroesas, que resaltan que está bien organizada y regulada en un marco legal para matar a los animales de forma rápida y con el menor sufrimiento. Para ello se usa un lanza que corta la espina dorsal y lo mata en unos pocos segundos, lo que hace que, en total, no dure más de quince minutos la matanza.
El episodio del pasado domingo recibió también críticas entre la población feroesa, por el número de delfines involucrado y por la poca gente que participó, lo que prolongó la matanza. “Estoy conmocionado por cómo transcurrió. Condeno lo ocurrido”, dijo al portal In.fo el presidente de la agrupación de cazadores de ballenas de Skálafjørdur, que no participó en la cacería.
Fuente: Clarín.