Un 15 de febrero de 1877, Francisco Pascasio Moreno, más conocido como el Perito Moreno por su rol como representante de la Argentina en el diferendo de límites con Chile, llegó por primera vez al Lago Argentino, al que bautizó de esta forma, y estuvo cerca del glaciar que actualmente lleva su nombre.
Gracias esta acción, en la Argentina, se celebra cada 15 de febrero el Día Nacional de los Glaciares para generar conciencia sobre la necesidad de protegerlos.
De acuerdo con el primer Inventario Nacional de Glaciares, realizado en 2018, en la Argentina hay un total de 16.968 cuerpos de hielo, de los cuales 16.078 se encuentran en la Cordillera de los Andes y 890 en las Islas del Atlántico Sur. Este relevamiento se realizó a partir de la Ley 26.639, que creó el Inventario Nacional de Glaciares, una herramienta destinada a la protección y manejo de los recursos hídricos en estado sólido de la Argentina.
Los glaciares constituyen una de las reservas de agua dulce más importante de nuestro país, apta para el consumo humano, ya que alimentan las cuencas hidrográficas del territorio.
El agua líquida de los glaciares puede provenir de dos fuentes: de la fusión de nieve o hielo o directamente de lluvia. El sistema hidrológico interno de un glaciar es complejo variando de lugares de percolación (paso lento de fluidos a través de materiales porosos) a sistemas de túneles, grietas y cuevas.
Un glaciar es una gruesa masa de hielo que se origina en la superficie terrestre por acumulación, compactación y recristalización de la nieve, mostrando evidencias de flujo en el pasado o en la actualidad. Su existencia es posible cuando la precipitación anual de nieve supera la evaporada en verano, por lo cual la mayoría se encuentra en zonas cercanas a los polos, aunque existen también en montañas, y forma parte del ciclo del agua.