Del 30 de noviembre al 12 de diciembre se llevará a cabo la 28ª Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, donde jefes de Estado, presidentes y representantes de los países miembro se reúnen con el fin de avanzar en las negociaciones que den respuesta a la crisis climática global.
La COP representa el principal espacio a nivel internacional de encuentro, de revisión del estado de implementación de los compromisos climáticos vigentes y de toma de decisión de los Estados Parte para impulsar una mayor ambición climática.
Desde la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) indicaron que el tema central de este año será la aprobación y publicación del primer Balance Mundial, el cual representa el termómetro de la acción y ambición climática internacional. “Su publicación le permitirá al mundo conocer el estado de situación actual de cumplimiento de los compromisos tomados por los Estados Parte, entre ellos Argentina”, advirtió Victoria Rocío Laguzzi, miembro del área de Política Climática de FARN.
En cuanto a los temas de interés y de negociación para Argentina en esta COP28, además del Balance Mundial, desde FARN destacaron: financiamiento climático y el acceso a medios de implementación (esto implica tanto transferencia de conocimiento como de tecnología); la Meta Global de Adaptación; transición justa; agricultura y seguridad alimentaria; y el seguimiento de la implementación del fondo de pérdidas y daños clave para los países en desarrollo. |
Meta Global de Adaptación: implicancias para Argentina |
Según el informe sobre la Brecha de Adaptación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), publicado en noviembre pasado, en 2023 se batieron récords de temperatura, mientras que tormentas, inundaciones, sequías y olas de calor causaron devastación. “Estos impactos crecientes señalan la necesidad de aumentar urgentemente los esfuerzos para proteger a las poblaciones vulnerables, junto con recortes rápidos de las emisiones de gases de efecto invernadero”, enfatizó Camila Mercure, miembro del área de Política Climática de FARN.
El informe señala que la falta de adaptación profundiza la crisis climática y tiene enormes implicaciones en pérdidas y daños, particularmente para los países más vulnerables. Se estima que los costos actualizados de la adaptación para los países en desarrollo oscilarán entre 215 mil millones de dólares y 387 mil millones de dólares por año durante esta década, y el financiamiento de adaptación necesario para implementar las prioridades nacionales de adaptación se estima en 387 mil millones de dólares por año entre 2021 y 2030. Sin embargo, los flujos de financiación para la adaptación a los países en desarrollo disminuyeron un 15% a alrededor de 21 mil millones de dólares en 2021. La Meta Global de Adaptación (GGA por sus siglas en inglés), establecida en el marco del Acuerdo de París, tiene como objetivo impulsar la acción colectiva en materia de adaptación al cambio climático. “Para lograr su adopción en la COP se requerirá que los Estados demuestren, a través de la diplomacia y el multilateralismo climático, que son capaces de escuchar y brindar soluciones a los más vulnerables”, indicó Laguzzi. “Las políticas de adaptación son claves para reducir la vulnerabilidad frente al cambio climático, así como dar respuesta y atender en forma directa los riesgos e impactos locales sobre los sectores más vulnerables de nuestra sociedad y sobre los sistemas productivos”, agregó. Este año, una de las prioridades de la Delegación Argentina en la COP será trabajar para lograr la adopción del marco de la Meta Global de Adaptación. “Contar con este instrumento a nivel internacional permitirá tener parámetros internacionales sobre cómo diseñar las políticas de adaptación en el territorio nacional así como mejorar su implementación y monitoreo de resultados. También, será clave para que nuestro país pueda acceder a financiamiento así como a medios de implementación”. Laguzzi agregó que en este contexto, la COP28 representa un punto de inflexión para que los Estados muestren liderazgo global en materia de adaptación y advirtió: “necesitamos acelerar los cambios para lograr un desarrollo resiliente al clima”. |
Transición energética |
“Las transiciones energéticas deben ser guiadas por enfoques centrales que aborden la interseccionalidad, interculturalidad y la intergeneracionalidad. Deben partir de una visión integral que no solo busque mitigar la crisis climática, sino también la crisis socioecológica en su sentido más amplio, integrando objetivos de desarrollo sostenible, resiliencia, y remediando desigualdades sistémicas”, explicó sobre este punto Laura Castillo Díaz, coordinadora del Programa Altoandinos en FARN.
En la previa de la COP28, un nuevo informe de Climate Transparency, “El tiempo se está acabando para el petróleo y el gas”, aseguró que se necesita avanzar hacia la eliminación progresiva del petróleo y el gas para limitar el aumento de la temperatura del planeta.
En este sentido, en el documento “Cinco propuestas ambientales para salir de la crisis”, de FARN advirtieron: “la transición energética que necesita la Argentina para hacer frente a la crisis climática no es solo un cambio en la matriz energética primaria que salga de la senda fósil de mayores emisiones. Es un camino hacia un cambio del modelo productivo, de consumo de energía y de organización social, el cual deberá generar nuevos consensos sociales, integrando la eficiencia energética, el acceso a la energía, la generación de nuevos empleos y la soberanía energética”.
Además, desde la organización afirman que las energías renovables juegan un rol fundamental ya que permiten la descentralización de una matriz sumamente concentrada alrededor del sector fósil. Además de generar empleos de calidad que requieren conocimiento técnico, y por ende ofrecen mejores remuneraciones, tienen la característica de llegar a lugares y territorios donde actualmente no hay un acceso seguro y continuo a los servicios energéticos. |
El creciente interés por el litio |
La creciente demanda global de litio es impulsada por los países del Norte Global —principalmente países de Europa, de Norteamérica y del sur y este de Asia, en particular, China— quienes están librando una contienda geopolítica por el control de la cadena de suministro de estos minerales considerados “críticos” para su modelo de transición energética, y para garantizar su seguridad energética en un contexto internacional de conflicto”, aseguró Castillo Díaz.
La mayor demanda proviene de la industria automotriz, por su uso en la producción de baterías para vehículos eléctricos individuales, y, en menor medida, para su empleo en baterías de celulares, computadoras y otros artefactos electrónicos, así como para almacenamiento de energía. Argentina, junto con Chile y Bolivia, concentran más del 50% de las reservas mundiales de litio en salmuera.
Castillo Díaz, explicó que la minería de litio en salmuera es minería de gran escala en términos de consumo de agua en una región extremadamente árida y frágil que tiene un déficit hídrico natural todo el año, y que ya sufre los impactos del cambio climático.
(Fuente: FARN)