Japón confirmó este miércoles que reanudará la caza de ballenas en julio, tras decidir retirarse de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Así lo adelantó el ministro portavoz del gobierno de ese país, Yoshihide Suga, quien detalló además que la actividad se llevará a cabo en sus aguas territoriales y en su zona económica exclusiva.
“En su larga historia, Japón ha usado a las ballenas no sólo como una fuente de proteína, sino también para una variedad de propósitos diversos“, dijo Suga.
En ese sentido, el vocero de Shinzo Abe indicó que con la salida del CBI, el país actuará como observador en el seno de la organización, y aseguró que el gobierno de Tokio sigue comprometido en el manejo de los recursos marinos de acuerdo con datos científicos.
Asimismo, aseguró que la decisión se adoptó a causa de que “una modificación de la moratoria no se ha considerado apropiadamente“.
Es que el país nipón ya había intentado tiempo atrás convencer a otros integrantes de modificar la moratoria en la caza y permitir una pesca regulada por la CBI, pero no tuvo éxito. Si bien respetó la medida, organizaciones ambientalistas afirman que realizaba una caza comercial encubierta, supuestamente con “fines científicos”.
De acuerdo a datos de la agencia Efe, el gobierno de Japón estaba estudiando que la caza comercial de cetáceos en sus aguas se limitara a ciertas especies, como la ballena minke (rorcual aliblanco), de la que se calcula que hay un número de ejemplares relativamente abundante.
De hecho, Suga señaló que la “evidencia científica” indica que “determinadas especies y poblaciones de ballenas son abundantes”.
“La caza de ballenas se llevará a cabo de acuerdo con el derecho internacional y dentro de los límites de captura calculados de acuerdo con el método adoptado por la CBI para evitar un impacto negativo en los recursos cetáceos”, dijo.