La vitivinícola de origen chileno apuesta por la fuente solar con instalaciones propias para cubrir su abastecimiento completamente con renovables. Hoy ya supera el 65% de cobertura. También apunta a recortar casi un tercio de sus emisiones. El Banco Mundial la incluyó entre un selecto grupo de líderes de fijación de precios de carbono.
Presente comercialmente en más de 140 países, Viña Concha y Toro no descuida el pilar ambiental en su estrategia de negocio. En 2017, la firma realineó sus iniciativas a los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) 2030 de Naciones Unidas. De cara a 2020, la quinta mayor vitivinícola en volumen de venta global propone abastecerse totalmente con fuentes renovables como uno de sus horizontes más ambiciosos.
“Hoy lo hacemos al 65%. A su vez, el otro 35%, que proviene directamente de la red, no es completamente térmico sino que también incluye renovables. Hoy compramos principalmente a un generador orientado a lo hidro, pero pretendemos avanzar hacia otros tipos de energía, específicamente la solar y en instalaciones propias”, ilustra Valentina Lira, subgerente de Desarrollo Sustentable, en diálogo con este medio.
En esa línea, la mayor exportadora chilena de vinos cerró acuerdos durante el año pasado para construir 10 plantas fotovoltaicas en su país de origen. Allí, la firma destina 0,43 kilowatts/hora (Kwh) por cada litro de vino producido y redujo un 11% el consumo de electricidad y un 8% el de combustible. Viña Cono Sur ya obtuvo en 2017 el sello Gold de eficiencia energética del Ministerio de Energía trasandino. Por su parte, Fetzer Vineyards, su filial en Estados Unidos, se convirtió en la primera bodega californiana en operar totalmente con energías limpias.
El compromiso formal de la firma con el enfoque ambientalista se inicia en 2011. “Antes había proyectos desperdigados en distintas áreas, pero sin una estructura. Fue fundamental la creación de un departamento que se hace cargo del asunto, lo lidera y guía las acciones. Una de nuestras primeras tareas consistió en generar una estrategia de sustentabilidad, que permitiera levantar los temas materiales y los ejes centrales de trabajo”, evoca la directiva.