Por: Jorge Acevedo – Gerente General del Instituto Argentino del Envase
Algunas reflexiones sobre la práctica de la inocuidad alimentaria en nuestros hogares y resaltar su importancia.
Las bacterias, los virus, parásitos o sustancias químicas son la causa de las enfermedades transmitidas por los alimentos, que ingresan al cuerpo al ingerir comida o agua contaminadas. Durante el proceso de fabricación de alimentos es fundamental cuidar la calidad de las materias primas y el procesamiento de las mismas para evitar daños a la salud.
Según la OMS, el acceso a alimentos inocuos y nutritivos en cantidad suficiente es primordial para mantener la vida y fomentar la buena salud. Un dato no menor es que los alimentos insalubres que contienen bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas causan más de 200 enfermedades, que van desde la diarrea hasta el cáncer.
Por este motivo es que los envases cumplen un papel preponderante en este proceso manteniendo libres de gérmenes, bacterias o virus su contenido, asegurando al consumidor un consumo seguro.
El envasado aséptico cumple un papel vital, ya que es un proceso completo garantizando la inocuidad del alimento, y asegurando una mayor vida útil. La ausencia de bacterias en el proceso de envasado alarga la vida útil sin cadena de frío, contribuyendo a la disminución del consumo de energía, generando un beneficio para el medio ambiente.
Aquí algunas recomendaciones:
- Evitar sobrecargar la heladera. La circulación de aire es necesaria para mantener los alimentos frescos. La temperatura adecuada para mantener una buena refrigeración es de 4 ºC (40 ºF) o por debajo. Si la heladera está llena, una buena opción es congelar algunos alimentos.
- Limpiar todos los envases y espacios. Limpié todos los envases (vidrios, plásticos, Tetra Pak) con un paño humedecido con desinfectantes antes de guardarlos en la heladera o la alacena. Lo mismo con los espacios donde se halla la comida. Acordate que los envases Tetra Pak permiten conservar los alimentos a temperatura ambiente hasta por 6 meses, y una vez abiertos, hasta tres días en la heladera.
- Prestar atención a la caducidad de las sobras y los alimentos. Las sobras se pueden consumir hasta tres o cuatro días después de guardarlas en la heladera. Las congeladas duran hasta dos o tres meses.
- Revisar las etiquetas de vencimiento y reconoce las diferencias. “Consumir antes de” indica una fecha en la que el alimento es seguro para ser ingerido, mientras que “consumir preferentemente antes de” significa que la calidad del alimento es mejor antes de esa fecha, pero su consumo sigue siendo seguro después del periodo señalado.