El Gobierno brasileño derogó una ley de 1984 que protegía una reserva nacional para abrir el área a la explotación minera. El área, que se extiende por los norteños estados de Amapá y Pará, contendría grandes depósitos de oro, hierro, manganeso y otros minerales.
Un flamante decreto del presidente Michel Temer disolvió el área protegida, conocida como la Reserva Nacional de Cobre y Asociados (Renca), que cubría alrededor de 4,6 millones de hectáreas.
Según lo decretado por el mandatario, la abolición de Renca no pone fin a otras protecciones a la vegetación nativa, áreas de conservación de la naturaleza y tierras indígenas en la zona.