Por Pablo Gago – Director de Futuro Sustentable
A pocos días del comienzo de la Conferencia del Clima (COP 26), la incertidumbre es cada vez más grande, ya que las emisiones mundiales aumentan y el reloj sigue corriendo.
Año tras año, el camino se torna más complicado y el cumplimiento de las metas parece más lejano en términos técnicos, económicos y políticos, de acuerdo con el más reciente informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
Según el último reporte del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, las reducciones de emisiones previstas deberían ser el triple de ambiciosas.
En este contexto, ¿Qué perspectivas hay de alcanzar esos objetivos para cerrar una COP exitosa?
Para la ONU, los cuatro elementos que harán que la COP 26 acabe exitosamente son los siguientes:
- Que se cumplan los compromisos asumidos con los países en desarrollo, especialmente la promesa de los países desarrollados de movilizar 100.000 millones de dólares anuales en financiación climática para 2020.
- Que los gobiernos concluyan los temas pendientes y las negociaciones para aplicar plenamente el Acuerdo de París.
- Que los países disminuyan las emisiones y aumenten la ambición climática, incluso en lo que respecta a la adaptación y el aumento de la resiliencia a los impactos del cambio climático.
- Que no se deje de lado ninguna voz o solución, a través de un nuevo compromiso con los observadores y los interesados que no son partes, en una unidad de propósito.
Al mundo se le acaba el tiempo. Es momento de la acción climática, con la presentación de medidas concretas para fortalecer la conciencia ambiental colectiva, limitar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y ofrecer herramientas orientadas a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En el ámbito local, nos encontramos con dato alarmante: Solo el 10% de las empresas tratan de manera adecuada sus residuos industriales. Así lo informó un estudio presentado en conjunto por la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad de Buenos Aires. De los 32 millones de toneladas anuales de residuos industriales que se generan, solo se tratan 3.2 millones de éstas.
La principal preocupación es la falta de conciencia del sector privado y de fiscalización del estado.
Podemos revertir esta situación y otras en el ámbito ambiental, siempre que estemos preparados para cambiar y llevar a cabo esa acción climática que nos pide a gritos el planeta.