El polémico candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, dio detalles del plan energético que implementaría de acceder a la Casa Blanca a finales de este año. A través de él, propone conseguir la independencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) con menor regulación y más impulso a las industrias del petróleo y el carbón, al tiempo que daría de baja el acuerdo de París.
“El predominio energético de Estados Unidos será declarado un objetivo de política estratégica, económica y exterior de nuestro país”, afirmó en la petrolera ciudad de Bismarck, escenario desde el cual lanzó el “America First Energy Plan” (“Plan Energético América Primero”, su traducción al español).
“Vamos a estar totalmente libres de la necesidad de importar energía de la OPEP o cualquier nación hostil a nuestros intereses”, enfatizó Trump, aunque sin ahondar en explicaciones de cómo se llegaría a ese punto. “Menos regulación, más producción”, se limitó a explicar, añadiendo que “toda futura regulación deberá pasar una prueba: ¿es beneficiosa para el trabajador estadounidense?”.
En esta línea, apuntó que “Obama hizo todo lo posible para entorpecer el camino de la energía americana, con costosas regulaciones que impiden la obtención de ganancias”. Por tal motivo, enfatizó: “Vamos a revocar las políticas que imponen restricciones injustificadas a las nuevas tecnologías de perforación” ya que “estas crean millones de empleos con un pequeño impacto” en el ambiente.
Entre estas regulaciones “innecesarias y obsoletas” incluyó al acuerdo de París. Al respecto, y al igual que había dicho en otras oportunidades, Trump afirmó que algunas cuestiones del cambio climático son un “engaño”, y adelantó que su gestión va “a cancelar” dicho acuerdo y “detener todos los pagos de dinero de los impuestos de estadounidenses para los programas de calentamiento global de la Organización de Naciones Unidas”, algo que calificó como “una medida de Obama destructora de empleos”.
Asimismo, y nuevamente sin dar detalles del modo en que lo conseguirá, el candidato señaló que va “a salvar la industria del carbón y las industrias maltratadas por la agenda extremista de Hillary Clinton”, al tiempo en que se mostró abierto a aprobar la construcción de Keystone XL, que el gobierno de Barack Obama rechazó en noviembre último por su impacto ambiental.