Durante la 11º Exposición Internacional de la Industria Minera ‘Arminera 2017’, que acaba de celebrarse en Costa Salguero, la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) lanzó en el país el programa ‘Hacia una Minería Sustentable’ (TSM, por sus siglas en inglés). Para el presidente de la entidad, Marcelo Álvarez, la iniciativa implicará “una nueva forma de hacer minería en la Argentina, alentando las mejores prácticas, el cuidado ambiental, el desarrollo de las comunidades, y el diálogo y relacionamiento con la gente”.
¿A qué objetivos apunta la instrumentación del plan TSM?, preguntamos a Álvarez.
Hay una sensación general -que incluso menciona el Papa Francisco en su Encíclica ‘Laudato Si’- de que las compañías mineras internacionales utilizan en Latinoamérica o África los estándares que en sus países de origen no les permiten usar. Mediante esta iniciativa, acordada con la Asociación Minera de Canadá, apuntamos a establecer el mismo sistema de trabajo que se emplea allí hace 14 años. Nos permitirá demostrarle a la sociedad argentina que las mineras pueden desempeñarse con responsabilidad y transparencia.
¿En qué consiste básicamente la propuesta?
Todas las empresas deberán cumplir con un conjunto de protocolos y completar una serie de formularios. Asimismo, recibirán una calificación determinada por su desempeño y presentarán un plan de mejora. Esa información se publicará año a año en la web de la CAEM. La idea es recuperar la confianza de la gente, pero no sólo por lo que digan las empresas, sino también por lo que indique una auditoría externa de alto nivel y un panel ciudadano de stakeholders creíbles (ONG’s de medio ambiente, universidades, gremios y representantes de las comunidades aledañas a los yacimientos, entre otros) que acompañará el desarrollo de este plan y tendrá acceso a las minas.
¿Cuáles son los próximos pasos a seguir?
La instrumentación de este proceso será gradual. En la próxima mitad del año tendremos que avanzar en la adaptación del programa a la Argentina (hay que adecuarlo a la legislación, la cultura y las prácticas locales), lo cual nos demandará unos seis meses de trabajo. La intención es tener los primeros reportes publicados a fines de 2018.