El Artico registra actualmente un agujero de la capa de ozono -protectora de los rayos ultravioleta- a unos 18 kilómetros de altura, fenómeno que no se había anotado desde la primavera boreal de 2011, ha informado este martes el Servicio de Vigilancia Atmosférica (CAMS) del Sistema europeo Copérnico.
Según consigna EFE, los investigadores del Servicio de Vigilancia Atmosférica han hecho un seguimiento de la “actividad inusual en la capa de ozono” durante la primavera en el Artico que demuestra que la mayoría del ozono en la capa situada a una presión de entre 50 y 80 hPA (aproximadamente 18 kilómetros de altura) “se ha agotado”.
La capa de ozono estratosférica actúa a modo de “escudo protector” de la vida terrestre de los efectos “potencialmente dañinos de la radiación ultravioleta”, según un comunicado de CAMS.
La última ocasión que se observó un agotamiento de la capa de ozono “igual de marcado sobre el Artico” fue en 2011, durante la primavera boreal, y los científicos de la CAMS “prevén que la situación sea aún mayor en 2020”.
Los datos de CAMS evidencian lo “excepcionalmente reducidos que han sido los valores mínimos de la columna de ozono hasta la fecha en 2020”, según el Servicio de Cambio Climático de Copérnico y CAMS.
Este fenómeno se produce cada primavera austral de la Antártida, sin embargo, los agujeros de ozono sobre el Artico “son poco habituales, debido a que, por lo general, el hemisferio norte no cuenta con las condiciones necesarias para que se produzca un agotamiento de la capa de ozono tan marcado”, según CAMS.
En noviembre pasado CAMS informó de que el agujero en la zona austral fue “el de menor envergadura en los últimos 35 años”.
En general, “la estratosfera del Artico está menos aislada que la de su homóloga de la Antártida” y ello se debe a que la presencia de masas continentales y cordilleras en latitudes elevadas en el hemisferio norte altera las pautas meteorológicas, “lo que conlleva que el vórtice polar sea más débil y sufra más perturbaciones”.
El director de CAMS, Vincent-Henri Peuch, ha explicado que las previsiones “sugieren que las temperaturas están ahora empezando a aumentar en el vórtice polar”.
“Ello implica que el agotamiento de la capa de ozono se ralentizará y, en última instancia, se detendrá”, según Peuch, “dado que el aire polar se mezclará con el aire rico en ozono de latitudes inferiores”.
El experto ha añadido que “resulta sumamente importante mantener los esfuerzos internacionales” por monitorizar la evolución del agujero de ozono y la capa de ozono a lo largo del tiempo.