La Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) instaló un equipo que mide la calidad de los líquidos industriales en la fábrica de químicos Transquim de Cañuelas, con el objetivo de monitorear los parámetros de los efluentes que el establecimiento genera como residuo de su proceso productivo a lo largo del día. Este tipo de control, con recursos propios, permite obtener información confiable y específica acerca de las plantas con mayor incidencia ambiental en la Cuenca.
El sensor instalado, que tiene un valor aproximado de 10 mil dólares, recolecta una serie de muestras en diferentes momentos del día, para determinar parámetros más rigurosos de los efluentes que genera un establecimiento.
El presidente de ACUMAR, Martín Sabbatella, destacó: “Estas herramientas le permitirán a ACUMAR sumar datos muy valiosos para complementar la información adquirida en las tomas de muestras puntuales que se hacen en las inspecciones y conocer el impacto ambiental de la actividad productiva con mayor exactitud”.
Durante la anterior gestión del organismo se adquirieron 15 equipos que fueron abandonados. Sólo cuatro de ellos habían sido instalados en establecimientos pero nunca se realizó su mantenimiento ni el seguimiento de las muestras generadas. Los restantes 11 aparatos fueron hallados en desuso y en muy mal estado.
Una vez recuperados, fueron puestos a punto, calibrados y reparados para restablecer su utilidad y que puedan ser instalados en las empresas de la Cuenca que tienen mayor impacto ambiental.
Acompañaron la colocación del equipamiento la coordinadora de Vinculación de ACUMAR, Lucía Reynoso, el coordinador del Centro Integrado de Monitoreo y Control Ambiental (CIMCA), Rubén Arismendi el secretario de Producción, Empleo y Asuntos Agrarios de Cañuelas, Manuel Negrín, la directora de Medio Ambiente, Florencia Quiroga, y representantes de la empresa Transquim.