Esta semana surgieron versiones acerca de la posibilidad de que Chubut fije un “impuesto al viento”. Por eso, y en el medio de la polémica, Futuro Sustentable conversó con Juan Carlos Villalonga, diputado nacional por Cambiemos, quien analizó la iniciativa y aseguró que el proyecto es “una locura”.
Futuro Sustentable: – ¿Cómo surgió esta iniciativa del impuesto al viento? ¿Cuál es su opinión al respecto?
Juan Carlos Villalonga: – Este debate se viene repitiendo desde hace casi 20 años. Allá por el 2001 apareció por primera vez esta idea de querer cobrar un impuesto al viento, un aprovechamiento para fines energéticos de la energía eólica. De ahí, cada dos años se reitera. El sindicato que nuclea a trabajadores de Chubut lo planteó, y funcionarios lo repitieron. Esta es una idea que no tiene ningún sentido. Se puede analizar desde el punto de vista estratégico, en el sentido de si queremos inversiones en energías renovables; desde el punto de vista impositivo, porque no hay lógica recaudatoria que resista; o desde el punto de vista conceptual. Desde los tres hay lógica para rechazar esto. En los últimos tres años se impusieron condiciones en el país para que aparezcan inversiones en energías renovables, y de hecho han aparecido. Este tipo de ruidos son letales para eso. Nadie hace una inversión si en el camino pueden aparecer este tipo de locuras. Lo mismo ocurrió hace años en La Rioja con el sol. Tenemos que defender la naturaleza de los renovables: son recursos libres y gratuitos, básicamente el sol y el viento. Esta es la revolución de los renovables. Querer imponerle a las renovables la lógica del paradigma fósil es un disparate.
FS: – La misma ley nacional establece que este tipo de medidas no son legales ni posibles…
JCV: – Es así. Lo que pasa es que tenemos un historial nefasto en materia de cumplimiento de leyes. Además, tiene un costo ir a la Justicia. Argentina está recibiendo inversiones genuinas en renovables, en base a una estructura formal, normativa, a la cual el Estado está dando el espacio para que haya credibilidad. En 2015 un proyecto que valía US$ 120 hoy se paga US$ 60 o menos. Eso tiene que ver con la confianza, que ayudará a ir bajando esos valores como sucede en otros países de la región. La verdad que Chubut se equivoca con esto.
FS: – El planteo de las provincias es que no les queda nada tras la explotación de los recursos.
JCV: – Es que lo están comparando con los yacimientos de petróleo, que dejan regalías. Pero no es comparable, porque la explotación del recurso no renovable da un capital del pasivo que le genera a la provincia el hecho de tener cada vez menos recursos. Eso es completamente opuesto al de las renovables. Esa lógica no corresponde. Hay un caso intermedio que vale la pena aclarar: el de los ríos. Colocar una represa en una provincia inhibe aguas abajo a otras provincias a que puedan hacer un emprendimiento similar. Entonces, por esa razón, los proyectos hidroeléctricos pagan un canon. Lo más peligroso de todo esto es la escasa preparación que tienen las provincias para la transición que se nos viene encima.