Una empresa mendocina está culminando el último paso del montaje del Pequeño Aprovechamiento Hidroeléctrico (PAH) Salto 11, en Luján de Cuyo, que aprovechará la fuerza del agua del canal Cacique Guaymallén para dar energía a 597 hogares con contaminación cero.
Bajo estrictos protocolos sanitarios y en una apuesta por reactivar la industria local y el trabajo mendocino, la Empresa Mendocina de Energía (Emesa) autorizó a la metalúrgica y constructora Grili a entrar en la etapa final del montaje de las turbinas, una compleja obra de ingeniería que incluye tornillos de 4 metros de diámetro y 12 de largo, conocidos como “tornillos de Arquímedes”.
“El PAH Salto 11 fue concebido con un diseño compacto, mediante turbina tornillo ubicado en el mismo curso del canal existente, en una única estructura que aloja compuerta de aducción y la turbina”, explicó Pablo Magistocchi, presidente de Emesa, quien puntualizó que es el primer aprovechamiento que utiliza este tipo de estructura.
“Este es el séptimo PAH que concreta Mendoza. Los PAH permiten dar un doble aprovechamiento a los canales: generar energía limpia y devolver el agua a su curso para riego sin contaminarla”, aseguró.
Los dos tornillos de esta obra fueron traídos desde Polonia para ser armados aquí. Son un gran cilindro hueco que llevan en su interior una rampa helizoidal apoyada, como un espiral, en su eje. En obras de ingeniería requieren de un montaje complejo por sus dimensiones y para asegurar su duración.
Una apuesta por la energía renovable
Con estos pequeños aprovechamientos, que sumarán en total 9, Mendoza cumple con el Plan de Energías Renovables Argentina.
En total se reducirán 30 mil toneladas del dióxido de carbono que se generarían con centrales térmicas y se sumará energía para 30 mil hogares.
Estas minicentrales marcan un hito, ya que desde hacía 50 años no se utilizaba el enorme potencial de la fuerza del agua en una zona montañosa y surcada de canales de riego.
También es novedoso el modo de ejecución de las obras: privados se hacen cargo de la ejecución, con costo cero para la Provincia, a cambio de la concesión por 10 años. Pasado ese plazo, pasan a ser propiedad del Estado.
Estas centrales se concretan gracias al trabajo conjunto de Emesa y el Departamento General de Irrigación, que coordinaron políticas para que los cursos de agua conserven su caudal y no tengan elementos contaminantes.
Cabe recordar que desde la inauguración del dique Potrerillos, en 2001, no se volvieron a generar fuentes de energía eléctrica en la provincia. En cuatro años, Mendoza ha sumado 150 megas, con estos PAH, parques solares y paneles solares en edificios públicos.