Muchas son las características que hacen de la Patagonia un lugar distinto. La inmensidad, la naturaleza salvaje, la fauna y las particularidades geográficas son, tal vez, los atributos más buscados. Pero hay más. Y para descubrirlo, no basta con mirar alrededor o hacia adelante. El cofre está arriba y se abre todas las noches, mostrando el tesoro del universo: las estrellas. El cielo patagónico no es uno más. La nula contaminación atmosférica y lumínica hacen del firmamento nocturno un espectáculo en sí mismo.
En este marco, se desarrolló un taller de fotografía nocturna a cargo de Paula Hazembiler, una reconocida profesional chubutense que, desde hace más de 10 años, se dedica a la astrofotografía.
El encuentro, de inscripción gratuita, tuvo lugar en el Parque Patagonia Azul, para invitar a la comunidad a disfrutar de los portales, pasar una noche en los sitios de acampe y descubrir una nueva forma de ver y descubrir la naturaleza a través de la fotografía.
El suelo patagónico es un balcón de lujo para disfrutar del espectáculo que brinda el cielo nocturno. Un escenario ideal para vivir una experiencia diferente. Así lo sintieron las 30 personas que llegaron de distintas localidades de Chubut.
Camping Cañadón del Sauce: un balcón hacia las estrellas
El encuentro se desarrolló en las instalaciones del camping Cañadón del Sauce, en el Portal Isla Leones, ubicado a 14 kilómetros de Camarones, desde las 20 hs. Los participantes compartieron un fogón, charlas y luego fueron instruidos en las técnicas básicas para tomar fotografías nocturnas.
“Fue una noche larga y muy linda. Algunos se quedaron hasta las 4 de la madrugada, otros muy entusiasmados directamente amanecieron allí. El lugar es realmente increíble, estar en medio de la nada, con el viento típico patagónico, el sonido solo de la naturaleza, es mágico. Cuando cayó el sol, el cielo se colmó de estrellas, fue verdaderamente increíble”, detalló Paula.
“Además – continuó – había mucha expectativa en la gente, fue un grupo muy homogéneo, divertido y con muchas ganas. Pocos habían vivido la experiencia de estar en la noche así, por eso fue algo maravilloso”.
Para organizar la actividad se dividió a los participantes en grupos de 4, a los cuales fueron asistidos para lograr los objetivos propuestos. “Quedamos todos muy satisfechos porque aprendieron rápidamente la técnica y pudieron realizar sus astro-fotos en un lugar tan mágico como este”, remarcó la fotógrafa chubutense.
“Progresivamente fuimos avanzando en técnicas básicas de fotografía y nos adentramos al mundo de las estrellas y al cuidado de los cielos”, subrayó Paula.
La Ruta de las Estrellas de Chubut
El taller estaba orientado a que los participantes puedan llevarse conocimientos efectivos a la hora de tomar fotos del cielo nocturno. Estas actividades forman parte de un proyecto integral que lleva adelante Paula Hazembiler.
“Durante el taller brindé una charla sobre el proyecto de la ruta de las estrellas y sobre el cuidado de los cielos oscuros en Chubut. Un proyecto que llevo adelante hace algunos años”, destacó la fotógrafa.
Y amplió: “He desarrollado mi técnica astrofotográfica transformándola en una herramienta de educación, conservación y promoción gracias a su gran contenido científico, cultural y natural. Logrando convertir esta técnica en una rama del arte, donde se utilizan procedimientos de captura y procesado de imágenes digitales que da un resultado visual en un conjunto de emociones que transportan al observador a lugares nunca antes vistos”.
El proyecto encarado por Paula ha brindado a la sociedad chubutense herramientas para impulsar el cuidado de los Cielos Oscuros y el turismo astronómico, y ha colaborado con estrategias para la puesta en valor del cielo nocturno de la provincia.
¿En qué consiste el cuidado de los cielos oscuros?
Los talleres no solo están orientados a brindar herramientas de fotografía nocturna a los participantes, sino que también buscan crear conciencia en torno al cuidado de los cielos. Según detalló Paula Hazembiler.
“Buscamos que la gente utilice la luz de sus hogares de manera adecuada. Para eso recomendamos apagar todas las que no se usan, sacar las fotocélulas porque son muy invasivas, que el resto de las luces iluminen hacia abajo dentro de lo posible y que sean luces cálidas. Las luces muchas veces causan un enorme daño tanto para el humano, como para la flora y la fauna”, explicó la fotógrafa.
Y concluyó: “Muchas ciudades y áreas protegidas están trabajando en una normativa de iluminación para tratar este tema”.