Es la segunda provincia que establece una norma que apunta a regular la captura de ejemplares con fines recreativos para preservar especies que están amenazadas de extinción. Además, el fomento de prácticas pesqueras de marcado y devolución con vida colabora con la ciencia ciudadana, obteniendo valiosos datos para la conservación.
Argentina es uno de los lugares críticos identificados a nivel global para la conservación de tiburones. Puntualmente, en el Golfo San Matías de Río Negro, estas especies requieren protección diferenciada debido al franco declive en el que se encuentran la mayoría de sus poblaciones. Los tiburones son grandes predadores que ayudan a mantener sanos los ecosistemas marinos, por lo que su extinción impactaría nuestro mar y afectaría a las personas que de él dependen. En ese sentido, la Provincia acaba de sancionar hoy una ley que regula la actividad de la pesca deportiva marítima en todo el litoral rionegrino.
“La actividad de la pesca deportiva se ha ido incrementando en Río Negro y esta ley apunta a que también pueda convivir con otros usos del mar y de las playas rionegrinas”, señaló María Eugenia Martini, legisladora provincial de Río Negro. “No se trata de prohibir la pesca deportiva sino la venta de las capturas sostenidas de tiburones, cuya vulnerabilidad ha sido demostrada de manera contundente y requieren de la más urgente intervención”, agregó.
“A través del proyecto de ciencia ciudadana Conservar Tiburones en Argentina trabajamos desde el 2017 con pescadores de la provincia, promoviendo un nuevo paradigma en la pesca deportiva que pasa de sacrificar la presa a marcarla, a partir de entender su impacto en las especies y de reformular el vínculo de las actividades humanas con la naturaleza, además de generar información inédita y valiosa”, comenta Juan Martín Cuevas, Coordinador de conservación de rayas y tiburones de WCS Argentina, organización que trabaja en la conservación de la vida silvestre y es una de las impulsoras de la ley. “Esta nueva ley resume el compromiso de muchos pescadores para expandir los resultados con mucha más amplitud”.
CLAVES DE LA NORMA
La norma establece que los pescadores deportivos deberán sacar un permiso habilitante para las modalidades de tierra, embarcación o submarina. Además, mediante la reglamentación de la ley, las autoridades pesqueras provinciales delimitarán zonas de pesca, qué especies y tallas mínimas se autorizan capturar, y el volumen máximo de capturas diarias permitidas.
Las especies que quedan comprendidas en el régimen de protección diferenciada son los ejemplares de tiburones escalandrún, bacota, azul, gatopardo, cazón y tiburón martillo. Sobre ellos se prohíbe su captura con sacrificio y se establece la devolución obligatoria.
La regulación también establece que las artes de pesca permitidas para la práctica en tierra y embarcada son la caña y el carrete, y sus accesorios imprescindibles. En el caso de pesca deportiva embarcada dirigida a tiburones, las líneas de los aparejos autorizadas deben ser armadas con un solo anzuelo de características especiales que permitan la devolución. Para la pesca submarina se habilita el uso de arpón manual o impulsado por medios mecánicos.
TIBURONES EN PELIGRO
Los tiburones son los vertebrados más amenazados de los océanos. Según evidencia científica, a escala regional y global, algunas especies -como el escalandrún, cazón y gatuzo- se han reducido en más del 80% en las últimas 3 décadas. Específicamente en Argentina, un informe del Foro para la Conservación del Mar Patagónico revela que el 57% de las especies evaluadas en la región están bajo alguna categoría de amenaza de extinción, y de este grupo, el 75% son especies endémicas que solo habitan el mar argentino, como el gatuzo, pez ángel espinoso y guitarras grande y chica.
Su principal amenaza es la presión pesquera insostenible y, en menor medida, la destrucción de hábitat, la contaminación y el cambio climático. Las características biológicas de la mayoría de las especies de tiburones -como bajo número de crías, crecimiento lento y madurez tardía- las hacen intrínsecamente vulnerables a la sobrepesca.
“El trabajo sobre la nueva norma tiene sustento científico”, destacó el legislador rionegrino Marcelo Szczygol. “Lo particular de esta especie de pez que se denomina cartilaginosa tiene que ver con la fecundación, que es interna; tardan muchos años en ser animales reproductivos y tienen muy pocas crías. En el caso del tiburón bacota tarda 20 años en madurar para poder reproducirse, al escalandrun le lleva 15 años y tiene solo dos crías”.
CIENCIA CIUDADANA, CLAVE PARA GENERAR INFORMACIÓN
Como antecedente de las acciones de preservación en la zona, una veintena de pescadores de Río Negro forman parte de los más de 200 que contribuyen de manera voluntaria al proyecto Conservar Tiburones en Argentina, impulsado por WCS Argentina y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y el Museo Argentino de Ciencias Naturales desde 2010. El proyecto promueve un sistema de captura, marcado y devolución con vida de este tipo de peces. Se trata de un proceso colaborativo clave para la conservación de tiburones, que hasta ahora logró marcar y devolver más de 2200 tiburones en el país, de los cuales 267 ejemplares fueron en aguas rionegrinas.
“Cuando empecé a pescar tiburones los devolvía, después empecé también a marcarlos y ahí aprendí muchísimo. Mi mirada cambió bastante en cuanto a la manipulación del animal y a la naturaleza”, comenta Ezequiel Duckardt, uno de los pescadores participantes del proyecto.
Por su lado, Lucas Dell, pescador de la zona de Viedma, reflexiona que ”seguir con la pesca de esta manera me hizo disfrutarla más ya que es hermoso poder interactuar con los tiburones cuando hacés la devolución. Los recursos no son infinitos y tenemos que aprender a cuidarlos, hace unos 30 o 40 años se pescaba tiburón en cualquier lado y de forma muy fácil pero y tan poco tiempo la población costera disminuyó mucho”.
Ahora Río Negro se convierte en una de las provincias precursoras en establecer pautas regulatorias de este tipo, tal como ya se está realizando en la Provincia de Buenos Aires. El proyecto de ley se presentó con el aval de WCS Argentina, Fundación para la Recepción y Asistencia de Animales Marinos (FRAAM), el proyecto Conservar Tiburones en Argentina (CTArg), Fundación Vida Silvestre Argentina, Fundación Inalafquen y la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP.