El Gobierno de Mendoza diseñó un plan de reactivación al comienzo de la cuarentena por COVID-19, ante el escenario de la caída en el consumo y el derrumbe de barril de crudo.
Para lograr mejoras, el gobierno de Rodolfo Suárez trabajó en tres frentes: las arduas negociaciones con YPF, que había decidido de forma unilateral dejar de comprar crudo a las operadoras locales; el pedido de aprobación del barril criollo, que estabilizó el precio para las regalías y dio a Mendoza un alivio ante los vaivenes de las guerras comerciales internacionales, y el trabajo conjunto con las operadoras, para que los yacimientos siguieran activos y no se perdieran empleos.
Desde el Ministerio de Economía y Energía, la cartera conducida por Enrique Vaquié, se puso en marcha este plan de reactivación desde marzo, cuando la pandemia comenzó a golpear a todos los sectores productivos. Desde entonces se hace un seguimiento semanal con el apoyo pleno y el asesoramiento del Estado.
“Recordemos que YPF dejó de comprar petróleo a las empresas locales en abril”, comentó Estanislao Schilardi, director de Hidrocarburos. Luego de una nota administrativa y de extensas negociaciones, la Provincia logró que la empresa de bandera volviera a tomar la producción de yacimientos que, si seguían inactivos, corrían el riesgo de perderse.
“Preservar a pymes proveedoras de servicios y los puestos de trabajo del sector petrolero llevó a que negociáramos con YPF mediante notas administrativas para que volviera a comprar a todos los yacimientos. Cuidamos el capital social de Mendoza”, afirmó el ministro Vaquié.
Ahora, desde la Subsecretaría de Energía y Minería, encabezada por Emilio Guiñazú, se elabora un minucioso plan con cada una de las empresas para saber cuáles son los planes a futuro, cómo están produciendo y de qué forma se pueden combinar esfuerzos privados y estatales para no perder un área fundamental para la cadena productiva mendocina.
“Recopilamos toda la información al principio de la pandemia, para ver cómo afectaba a cada una de las operadoras. A partir de allí elaboramos un plan que está dando sus frutos”, señaló Schilardi.
Buenas perspectivas
Con todas estas acciones, la Provincia logró recuperar regalías en mayo, es decir, aumentar el dinero que recibe por producción de crudo a niveles de marzo.
“El precio del barril criollo se aprobó a mediados de mayo, por lo que las perspectivas para junio son aún mejores”, aseguró el director de Hidrocarburos.
“La industria sufrió mucho durante los primeros meses”, agregó Schilardi. El próximo paso será tener el informe completo de los planes de reactivación de los yacimientos operados por las 10 petroleras de Mendoza: Pluspetrol, Petroquímica Comodoro Rivadavia, Petrolera El Trébol, Aconcagua Energía, Roch, San Jorge Petroleum, Sinopec, Chañares Energía, Grecoil y Hattrick.
“El petróleo es un sector golpeado por la crisis que, con mejora de la coyuntura internacional y un plan de inversión gradual, puede recuperarse en favor de las pymes y el empleo”, agregó
“Reanudar la compra de crudo a los operadores independientes va a permitir sostener la actividad petrolera, evitando una crisis aún mayor”, señaló el subsecretario de Energía y Minería, Emilio Guiñazú.
“Con este acuerdo logramos poner en marcha yacimientos mayormente pequeños, que en total producen el 15% de crudo de la provincia”, agregó.
Qué es el barril criollo
Las provincias petroleras, entre las que se encuentra Mendoza, lograron que la Nación emitiera el Decreto 488/2020, que dispone que desde el 19 de mayo y hasta el 31 de diciembre próximo se fija en 45 dólares el precio del barril. Eso da cierta estabilidad ante un escenario mundial cambiante, dominado por guerras comerciales ajenas a nuestro país.
El decreto establece además que, durante la vigencia del esquema, el precio establecido ahora, o el que eventualmente fije la Autoridad de Aplicación (Ministerio de Desarrollo Productivo), “será de aplicación en todos los casos de entregas de crudo en el mercado local para la liquidación de las regalías hidrocarburíferas” establecidas en la Ley 17319 (de Hidrocarburos).
Además, durante el plazo de vigencia de la medida, las empresas productoras deberán sostener los niveles de actividad y/o de producción registrados durante 2019, tomando en consideración la situación actual de contracción de la demanda local e internacional, tanto del petróleo crudo como de sus derivados, producto de los efectos de la pandemia de COVID-19, siempre dentro de los parámetros de explotación adecuada y económica previstos en el artículo 31 de la Ley 17319.
El fin de esta medida, que se combinó con otras, es preservar el empleo en el sector y no permitir que los yacimientos cierren ya que, luego de una prolongada inactividad, es muy difícil volver a ponerlos en marcha.
A cambio, las empresas productoras deberán sostener los contratos vigentes con las empresas de servicios regionales y deberán mantener la planta de trabajadores y trabajadoras que tenían al 31 de diciembre de 2019.