En un mundo donde la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático están en el centro de la atención global, las empresas de todos los sectores se están viendo impulsadas a asumir su responsabilidad en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Una de las áreas donde esta preocupación es más relevante es el transporte automotor de carga terrestre, una industria históricamente asociada con altas emisiones de carbono.
Argentina no es ajena a esta realidad: según la última Encuesta Anual de Sustentabilidad en el Transporte de Cargas Terrestres de Avancargo los transportistas argentinos están sintiendo más presión por parte de sus clientes para reducir sus emisiones. De acuerdo al relevamiento, que se basa en las respuestas de 376 empresas de transporte de distintos tamaños y ubicaciones geográficas recibidas en agosto de 2023, el 15% manifestó sentir esta presión, en comparación con sólo el 3% en 2022.
Pablo Mendonça Paz, cofundador y CMO de Avancargo, señaló: “La presión para avanzar en acciones de sostenibilidad se manifiesta en los sectores de consumo masivo, minería, oil & gas y agro”.
“Esa presión la sienten aquellos transportistas con flotas más grandes y los operadores logísticos porque son quienes trabajan con clientes grandes y multinacionales. Los transportistas más chicos, por la crisis, hoy están menos enfocados en medir su impacto en el medio ambiente, y tienen más el foco en ‘sobrevivir’. Pero, indefectiblemente, con el tiempo también se verán afectados “, vaticinó.
El sondeo de Avancargo abarca todo el universo posible de actores que integran el ecosistema del transporte de carga en Argentina. El cuestionario fue contestado por un 23.8% de choferes (“Le manejo el camión a mi empleador”), un 34.7% que reúne la condición de dueño del camión y chofer (“tengo un solo camión y lo manejo yo”), un 15.8% que llenó el casillero de Dueño y chofer con flota (“Manejo un camión de mi flota”), otro 15,8 se auto definió “Operador con flota propia” y un 9% que se catalogó como operador 3PL (“No tengo camiones propios, todo tercerizado”).
Más datos del reporte 2023
El reporte de 2023 también revela que la presión por reducir emisiones de carbono en las empresas más grandes aumentó significativamente en comparación con 2022. Esto es especialmente notable entre los operadores 3PL (proveedores logísticos), donde en 2023 la presión alcanza el 57%, en comparación con el 30% registrado en 2022.
Un 56% de los transportistas afirmó que esta presión proviene de una mayor conciencia propia del impacto ambiental. Un 7% considera que reducir la huella de carbono conlleva una reducción de costos operativos. Un 15% señaló que la presión proviene de sus clientes, y un 17% indicó que se debe a motivaciones personales. En resumen, el 80% de la presión para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte de carga proviene de motivaciones personales o necesidades comerciales.
A pesar de la creciente presión, solo un 15% de las empresas encuestadas lleva un registro o reporta de alguna manera sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Sin embargo, debido al aumento de la presión por parte de los clientes, las empresas más grandes expresan estar midiendo más que en 2022. Entre aquellos que sienten cierta presión, el 34% mide sus emisiones. Curiosamente, sólo un 13% de los encuestados mide las emisiones de sus transportistas subcontratados.
Cuando se preguntó a los transportistas si estarían dispuestos a pagar un poco más por un vehículo más amigable con el medio ambiente, los resultados mostraron una tendencia similar a la del año pasado, aunque con una ligera disminución en 2023. En 2022, el 83% respondió positivamente, mientras que en 2023 lo hizo el 80%. Esta leve baja se atribuye a que los transportistas más pequeños están reduciendo su intención de compra a un mayor costo debido al actual escenario económico, donde el costo impacta significativamente en su rentabilidad.
El informe también destaca que el 64% de los encuestados están dispuestos a reportar datos de eficiencia en el consumo de combustible de sus viajes para medir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Aquellos que sienten presión para reducir su huella de carbono son más propensos a reportar estos datos (74%) en comparación con aquellos que no sienten tal presión (58%). Esto sugiere que el riesgo de perder clientes debido a la falta de alineación con políticas de sustentabilidad es mayor que el costo o esfuerzo de reportar estos datos. Las empresas más grandes (con más de 25 camiones) son las que mostraron una mayor predisposición (85% respondió positivamente) a reportar estos datos, lo que refleja un crecimiento del 5% en comparación con 2022, impulsado principalmente por la presión ejercida por los clientes.
Este dato debería mostrar un crecimiento en los próximos años a medida que nos acercamos al objetivo de los países y las grandes empresas de reducir un 45% las emisiones para el 2030 y ser carbono neutrales para 2050 (según el Acuerdo de París y Pacto de Glasgow por el Clima de las Naciones Unidas)
“La presión por una logística más sustentable está impactando directamente en actividades claves de la cadena de suministros. Estas prácticas son fundamentales para mantener un equilibrio entre crecimiento económico y el cuidado ambiental. Sabemos que lo que no se mide, no se puede mejorar. Hoy existen herramientas y tecnología de fácil acceso para cualquier transportista para que pueda medir sus emisiones de GEI y existe una creciente voluntad y necesidad de medir. En Avancargo buscamos unir esas dos puntas para transformar la industria de la logística con impacto no solo en eficiencia sino también en el medio ambiente.” concluye Mendonça.