Las refinerías de las petroleras no integradas alertaron que la falta de petróleo crudo disponible en el mercado local por los importantes volúmenes exportados en los últimos meses les genera dificultades para la producción de combustibles y derivados, con el consiguiente riesgo de tener que detener parte de sus operaciones e importar productos, informaron varias fuentes de la industria.
En declaraciones a la agencia Télam, la Secretaría de Energía aseguró que “se está trabajando en el tema” de manera de asegurar el abastecimiento necesario de las refinerías locales no integradas, en un equilibrio necesario con las posibilidades exportadoras que tienen las petroleras.
Las distintas fuentes del sector explicaron que se registra “una situación crítica de refinerías por falta de stock de crudo” debido a que las compañías productoras de petróleo “han vendido grandes volúmenes al exterior de materia prima, secando la plaza local” y obligando a las refinadoras a operar por debajo de sus capacidades operativas.
Esa situación, señalaron, se da “en el marco de la aplicación del denominado barril criollo”, el precio sostén con el cual el Gobierno reconoció un precio del crudo por sobre el valor internacional, para paliar la inédita crisis de demanda internacional y local por la pandemia de coronavirus.
La norma fijó derechos de exportación en un nivel del 0% mientras el precio de referencia del petróleo crudo tipo Brent se encuentre por debajo de los US$ 45, precio al que se ven obligados los productores a liquidar regalías a las provincias si comercializan el crudo localmente.
Es así que los voceros de varias compañías coincidieron en que la medida del barril criollo resultó “beneficiosa para sostener el mercado, pero las empresas lo vuelven en contra para las refinadoras, ya que exportan todo el crudo posible y se abre la puerta a importar mayores volúmenes de gasoil”.
La Secretaría de Energía destacó que “a partir de 2019 las exportaciones de crudo liviano alcanzaron una escala significativa como resultado de una mayor producción en Vaca Muerta, evidenciando el perfil exportador del yacimiento, lo que se acentuó en el período de influencia de la pandemia”.
En julio -de acuerdo con cifras de la secretaría- tan solo Neuquén exportó 1.850.000 barriles de petróleo liviano, equivalente al 40% de la producción total del mes, es decir un nivel de salida del crudo que no se registraba en los registros mensuales de al menos los últimos cinco años.
Las fuentes del sector aseguraron que de profundizarse esta situación se generará un “retroceso en la calidad de producción y exportaciones de refinados, con un mercado que se primariza y pasa a importar producto con valor agregado en lugar de producirlo en las plantas locales”.
Las empresas afectadas son aquellas que deben comprar el crudo a terceros, pero por volumen de refinación en el sector se coincide en mencionar que las más afectadas son la petrolera Raizen, licenciataria de la marca Shell, y Trafigura, que comercializa sus combustibles bajo la bandera de Puma.
En particular, se alertó que las refinerías podrían parar por falta de materias primas, como ya hizo Raizen en mayo y a comienzos de agosto en su planta de la localidad bonaerense de Dock Sud, y como se alerta podrá ocurrir a comienzos de septiembre con Trafigura, en el polo industrial de Bahía Blanca,
Como resultado de esta ecuación, se alertó en el sector que “habrá que salir a comprar gasoil al exterior para cubrir la demanda del sector agropecuario y el transporte” aunque también impacta de manera directa en la producción de bunker, el combustible que utilizan los buques y en la producción de asfalto.
Por otro lado, se advierte el perjuicio en la balanza energética del país y en “la desfinanciación de las provincias petroleras que cobran menos regalías por el crudo que se exporta que por el que se vende a mercado interno”, un tema por lo cual Neuquén ya inició reclamos legales al respecto.