Una de las partes más importantes de la sustentabilidad es el medio ambiente. Y, en ese sentido, tenemos que hablar de la capacidad técnica de nuestro país y de las posibilidades que tenemos para resolver ciertas situaciones vinculadas con el ambiente. Por eso, Futuro Sustentable conversó con Mario Ismach y Gonzalo Serrano, presidente y vicepresidente de Cámara Argentina de Laboratorios Independientes Bromatológicos Ambientales y Afines (CALIBA).
Futuro Sustentable: – ¿De qué se trata el trabajo de CALIBA?
Mario Ismach: – CALIBA es una cámara de laboratorios, pero esos laboratorios en su gran mayoría son producto del emprendedorismo. Somos químicos, técnicos, ingenieros. La cámara reúne a profesionales que trabajan en análisis ambientales. Y nosotros, como emprendedores, supimos que este es un rubro donde la Argentina tenía que avanzar. Así, hace más de veinticinco años CALIBA se fundó, con la idea de que en equipo es mejor que individual. Eso nos permitió convertirnos en el primer proveedor de ensayos de aptitudes de interlaboratorio provisto por una ong en Argentina. Para hacer esto, es necesario cumplir con el sistema nacional de calidad, que requiere que laboratorios hagan análisis de calidad, donde entran esos ensayos de aptitud. Hace 17 años que venimos haciendo un interlaboratorio en la rivera norte del Río de la Plata, controlando el agua. Este año nos distinguieron por cumplir con la norma ISO 17043, la de acreditación. Estamos en un rubro que requiere actualización permanente, por lo cual damos cursos de capacitación para nuestros técnicos, incluyendo el curso de tomadores de muestras. Una de las patas económicas es que un resultado mal hecho, puede llevar a una empresa a una infracción, por eso es tan importante. Además, proveemos los ensayos de las contramuestras.
FS: – ¿Cómo está la Argentina a nivel laboratorios?
MI: – Tenemos el mejor nivel técnico del mundo. Esto se demuestra así: a nivel mundial, se utiliza como criterio de calidad a la norma ISO 17025, que es una norma de acreditación de laboratorios. El organismo argentino de acreditación está reconocido en el mundo igual que cualquier otro. Esto sirve tanto para lo ambiental como para los productos que se exportan, porque todo eso tiene que sufrir algún tipo de ensayo de control. Desde ese punto de vista, tenemos una muy buena instalación. Pero además del hardware de los equipos, tenemos al personal entrenado, lo cual es fundamental.
Gonzalo Serrano: – Una de las misiones más importantes de la cámara es nivelar la calidad. O sea, solicitar a todos los laboratorios que acrediten la norma ISO 17025, para mejorar en calidad. Hoy en día, uno de los grandes problemas en el país es la competencia desleal en laboratorios, que competimos por bajos requisitos de solicitud de control de las autoridades, o por falta de leyes.
FS: – ¿Cómo trabajan en las provincias con el tema del registro de laboratorios?
GS: – En las provincias a veces no hay legislación, no solamente en laboratorios, sino también en lo ambiental. Al no haber legislación, menos hay control de laboratorios. Algunas provincias están empezando a aplicarlo, sobre todo en provincia de Buenos Aires, con el OPDS. Rosario, Córdoba y Neuquén también están avanzando, pero el resto está bastante escueto en lo que es legislación. Eso nos hace más difícil poder competir.
FS: – ¿Cómo ser previsibles a nivel jurídico y económico?
MI: – Nosotros nos movemos en dos campos: uno, el campo regulado, con reglamentaciones oficiales; y el campo voluntario, es decir, empresas que desean cumplir determinada norma. A nivel mundial, hay una tendencia a que las empresas alcancen la triple certificación (medio ambiente, higiene y seguridad en el trabajo y calidad del producto). En cualquiera de las tres normas, se requieren objetos verificables, lo cual da una previsibilidad en el tiempo para pensar que las empresas que quieran exportar deberán demostrar su idoneidad en este campo.