Una nueva zafra azucarera empezó en Ledesma y se extenderá hasta noviembre de este año. A partir de la caña que cosecha en sus campos de Jujuy, y la que recibe de los cañeros independientes, la empresa produce azúcar, papel, alcohol y bioetanol. Con la fibra de la caña y parte del residuo vegetal que queda en el campo después de la cosecha, Ledesma también reemplaza gas natural y genera energía renovable, lo que beneficia al medio ambiente.
La proyección de producción de azúcar para la zafra de Ledesma es similar a la que la empresa alcanzó en 2017, cuando produjo 273.000 toneladas de azúcar física. Esa perspectiva depende de ciertos factores climáticos: la distribución de lluvias durante el verano fue desigual en el tiempo y en el volumen que cayó sobre las diferentes fincas que cubren las 40.000 has de cultivos. El resultado final también dependerá del clima en invierno, cuando se da la mayor parte de la cosecha. Si hay una helada intensa, eso influye sobre el rendimiento de las plantaciones.
De toda la caña que muele, Ledesma separa 120.000 toneladas de azúcar equivalente para la producción de alcohol. Este año, la empresa espera producir 110 millones de litros de alcohol, del cual el 90% se transforma en bioetanol que Ledesma provee a las petroleras y forma parte de las naftas que cargan los autos argentinos.
Otras 290.000 toneladas quedan para producir azúcar, y unas 12.000 de esta cantidad se destinan al cumplimiento de la cuota americana con la que Ledesma provee azúcar a Estados Unidos. Por ello, la proyección de azúcar refinada es de 278.000 toneladas, muy similar al resultado de la zafra anterior.