La Secretaría de Energía, a cargo de uno de los sectores clave de la economía argentina, dejará de depender del Ministerio de Economía y pasará a formar parte del Ministerio de Infraestructura, uno de los ocho que tendrá la gestión del próximo presidente, Javier Milei. Este organigrama anticipa dos medidas urgentes que deben tomarse en materia energética: la infraestructura y las concesiones hidroeléctricas.
El Ministerio de Infraestructura, a cargo de Guillermo Ferraro, tendrá a su cargo, entre otras cinco, a la Secretaría de Energía.
En términos energéticos, Milei lleva varios meses trabajando con un equipo compuesto por analistas con experiencia tanto en la gestión privada como en la pública, cuya mirada sectorial reivindica la liberación del mercado y la consecuente necesidad de reducir la intervención del Estado a su mínima expresión posible.
El principal asesor es Eduardo Rodríguez Chirillo, abogado que durante el gobierno de Carlos Menem participó del proceso de privatización de empresas como Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (SEGBA) y Gas del Estado, y que acaba de volver al país luego de vivir durante más de dos décadas en España.
Otros nombres de relevancia para el armado de Milei en el segmento energético son los de Carlos Manuel Bastos, quien ejerció como secretario de Energía en el Gobierno de Carlos Menem y como ministro de Infraestructura durante la presidencia de Fernando De la Rúa; Raúl Parisi, quien desempeñó diversas funciones en YPF en los años ’80 y condujo la Dirección Nacional de Combustibles entre 1989 y 1991; Carlos Casares, quien dirigió el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) y fue subsecretario de Hidrocarburos y Combustibles bajo la administración de Mauricio Macri; Luis Francisco de Ridder, quien acumula 30 años de experiencia en Tepetrol, el brazo petrolero del Grupo Techint; y Horacio Marín, titular de Exploración y Producción de Tecpetrol, quien quedaría al frente de YPF.