La Comisión Europea (CE) adoptó esta semana una nueva estrategia de adaptación a la crisis climática para mejorar las acciones en ese ámbito, ante los efectos ya visibles del aumento de la temperatura global, que incluyen sequías, inundaciones o unas costas cada vez más erosionadas.
El objetivo de Bruselas es profundizar en las medidas ya adoptadas, pasando de la planificación a la aplicación de soluciones e implicar también a terceros países.
Según datos de la Comisión Europea, en la Unión Europea los fenómenos meteorológicos relacionados con la crisis climática generan pérdidas anuales de más de 12.000 millones de euros.
Las estimaciones más conservadoras que maneja Bruselas indican que una subida de las temperaturas de 3 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales provocará pérdidas anuales de al menos 170.000 millones de euros.
Además de la economía, también la salud de los europeos se ve afectada por el cambio climático, con 2.500 fallecidos solo en 2019 por la ola de calor de ese año.
Adaptarse a la crisis climática “es difícil, no siempre se nos recibe con aplausos. Lo que hay que comparar es lo que vamos a hacer con lo que pasaría si no hacemos nada, es un trabajo político”, dijo en rueda de prensa el vicepresidente de la Comisión Europea (CE) para el Pacto Verde, Frans Timmermans.
La estrategia plantea mejorar la información sobre el impacto climático: recopilar más y mejores datos y ponerlos a disposición de los ciudadanos y crear un nuevo observatorio para analizar y prevenir los impactos del cambio climático en la salud.
También quiere promover esas medidas de adaptación a nivel global a través de una acción internacional, con un enfoque específico en África y los pequeños países insulares en desarrollo.
En un comunicado la CE declaró que “Aumentaremos el apoyo a la resiliencia y preparación climática internacional mediante la provisión de recursos, priorizando la acción y aumentando la eficacia”.
El objetivo es construir a partir de la estrategia de adaptación al cambio climático de 2013, ya que “existe la necesidad de profundizar y ampliar las acciones de adaptación”, haciendo por ejemplo que los datos sean más uniformes y accesibles, o aumentando la financiación para la adaptación climática en la Unión Europea y en todo el mundo.
Fuente: EFEverde