Pese a este aspecto positivo de la calidad del aire, según un estudio realizado por ISGlobal desde Barcelona, el 98,10 %, el 80,15 % y el 86,34 % de la población europea vive en zonas que superan los niveles recomendados por la OMS de partículas en suspensión PM2.5, PM10 y de dióxido de nitrógeno, respectivamente.
Un estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) evaluó la calidad del aire según las concentraciones diarias de PM2.5, PM10, NO2 y O3 en muchas regiones de Europa entre 2003 y 2019 con métodos de aprendizaje automático.
El objetivo era estimar el número de días que superan las directrices de 2021 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para uno o más contaminantes sobre la calidad del aire.
El equipo de investigación analizó los niveles de contaminación en más de 1.400 zonas de 35 países europeos, donde viven 543 millones de personas.
Los resultados publicados en la revista Nature Communications muestran que los niveles globales de partículas en suspensión (PM2.5, PM10) y dióxido de nitrógeno (NO2) han disminuido en la mayor parte de Europa. En concreto, las concentraciones de PM10 fueron las que más disminuyeron durante el periodo de estudio, seguidas de NO2 y PM2.5, con descensos anuales del 2,72%, 2,45% y 1,72%, respectivamente. Por el contrario, las concentraciones de O3 aumentaron un 0,58% anual en el sur de Europa, casi cuadriplicando el número de días con mala calidad del aire.
El estudio también analizó la cantidad de días que se excedió el límite para dos o más contaminantes al mismo tiempo.
Esta fusión se llama “día de la contaminación compuesta“. Los resultados destacan mejoras significativas en la calidad del aire en Europa en términos de PM10 y NO2, mientras que los niveles de PM2.5 y O3 en muchas regiones continúan superando las recomendaciones de la OMS, lo que lleva a una mayor exposición a la contaminación del aire.
“Se necesitan esfuerzos específicos para abordar los niveles de PM2,5 y O3 y los días con contaminación compuesta asociados, especialmente en el contexto del rápido aumento de las amenazas del cambio climático en Europa”, afirma Zhao-Yue Chen, investigador de ISGlobal y autor principal del estudio, especialmente en el contexto de la creciente amenaza del cambio climático en Europa.
Nuestra estimación de la exposición de la población a eventos de contaminación atmosférica compuesta proporciona una base sólida para la investigación futura y el desarrollo de políticas para abordar la gestión de la calidad del aire y las preocupaciones de salud pública en toda Europa”, afirmó Carlos Pérez García-Pando, ICREA y AXA Research Professor en el BSC-CNS
La distribución geográfica de la calidad del aire no es uniforme
El equipo de investigación desarrolló modelos de aprendizaje automático para estimar las concentraciones diarias de los principales contaminantes del aire en alta resolución, como PM2.5, PM10, NO2 y O3. Este enfoque basado en datos crea una imagen diaria completa de la calidad del aire en todo el continente europeo, que va más allá de las estaciones de monitoreo dispersas.
Los modelos recopilan datos de una variedad de fuentes, como estimaciones de aerosoles satelitales, datos atmosféricos y climáticos existentes e información sobre el uso de la tierra. Al analizar las estimaciones de la contaminación del aire, el equipo calculó el promedio anual de días en que se excedieron los límites diarios de la OMS para uno o más contaminantes del aire.
El análisis muestra que durante el periodo de estudio, aproximadamente el 98,10%, 80,15% y 86,34% de la población europea vivía en zonas que superaban los niveles anuales de PM2.5, PM10, NO2 de la OMS, respectivamente. Estos resultados son en gran medida consistentes con las estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) para los 27 países de la UE que utilizaron datos de estaciones urbanas únicamente.
Ningún país cumplió con el estándar anual de ozono (O3) durante la temporada alta de 2003-2019. En cuanto a la exposición a corto plazo, más del 90,16% y el 82,55% de la población europea vivía en zonas que excedieron las pautas diarias de la OMS para PM2.5 y O3 al menos 4 días en 2019, cuando las concentraciones de NO2 y PM10 son del 55,05% y 26,25%.
Durante el período de estudio, los niveles de PM2.5 y PM10 fueron más altos en el norte de Italia y Europa del Este, y los niveles de PM10 fueron más altos en el sur de Europa. Se observaron concentraciones elevadas de NO2 principalmente en el norte de Italia y en partes de Europa occidental, como el sur del Reino Unido, Bélgica y los Países Bajos.
Del mismo modo, el O3 aumentó un 0,58% en el sur de Europa, mientras que disminuyó o mostró poca tendencia en el resto del continente. Sin embargo, las mayores reducciones de PM2.5 y PM10 se observaron en Europa Central, mientras que las de NO2 se produjeron principalmente en las zonas urbanas de Europa Occidental.
Gestión integrada del ozono
El tiempo promedio de exposición y la cantidad de días que las personas están expuestas a PM2.5 y O3 son mucho más largos que los de los otros dos contaminantes. Según el equipo de investigación, esto pone de relieve la necesidad de un mayor control de estos contaminantes, así como la importancia de abordar las crecientes tendencias e impactos de la exposición al O3.
El O3 troposférico se produce en la atmósfera inferior y se considera un contaminante secundario porque no se emite directamente a la atmósfera, sino que se forma a partir de varios precursores, como los compuestos orgánicos volátiles (COV), el monóxido de carbono (CO) y los óxidos de nitrógeno (NOx), que se producen en los procesos de combustión, principalmente en el transporte y la industria. En altas concentraciones, el ozono afecta la calidad del aire y puede ser perjudicial para la salud humana, la vegetación y los ecosistemas.
“La gestión del ozono presenta un reto complejo debido a su vía de formación secundaria. Las estrategias convencionales de control de la contaminación atmosférica, que se centran en la reducción de las emisiones de contaminantes primarios, pueden no ser suficientes para mitigar eficazmente los altos niveles de O3 y los días con contaminación compuesta asociados“, afirma Joan Ballester Claramunt, investigador de ISGlobal y autor sénior del estudio.
“Sin embargo, abordar el cambio climático, que afecta la formación de ozono a través del aumento de la luz solar y el aumento de las temperaturas, es fundamental para la gestión a largo plazo de la capa de ozono y proteger la salud pública“, concluyó.