La intención de la Agencia de Protección Ambiental, según la visión del titular del organismo, Juan Bautista Filgueira, es contribuir de manera transversal con todas las dependencias gubernamentales para que cada iniciativa que las mismas lancen contemple de alguna manera el cuidado del medio ambiente.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) debe continuar con un fuerte trabajo de mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático. Así lo cree el presidente de la Agencia de Protección Ambiental (APrA), Juan Bautista Filgueira, quien asegura que ése es justamente uno de los principales ejes de su gestión.
“Por otra parte, tenemos en agenda trabajar fuertemente en la reducción de los residuos sólidos urbanos (RSU) que se generan, la remediación del Riachuelo, el saneamiento de los diferentes sitios contaminados y la colaboración con el proyecto de trasladar el Mercado Central del barrio Liniers, entre otras iniciativas. Es mucho lo que hay por hacer, pero por suerte contamos con un equipo con muchísimas ganas, ideas y solidez para resolver los desafíos que tenemos por delante”, señala el directivo en diálogo con Futuro Sustentable.
A su criterio, otra temática clave tiene que ver con la conservación de la biodiversidad. “Por eso estamos trabajando en conjunto con otras áreas del Gobierno dentro del EcoParque, y en distintos proyectos tendientes a generar y mejorar los corredores biológicos de la Ciudad”, afirma.
Asimismo, añade, se encuentra en marcha un plan de gestión en las reservas de la CABA, al cual se sumará la pronta inauguración de un Parque Natural en el Lago Lugano de Villa Soldati.
“Mi principal objetivo es darle a la APrA un alcance transversal, con la idea de poder contribuir con cada una de las áreas del Gobierno de la Ciudad para que los emprendimientos que se encaren puedan contar siempre con una mirada sustentable, sea cual sea el ministerio o dependencia donde se geste”, asevera.
¿Qué grado de avance tiene el Inventario de Gases de Efecto Invernadero (GEI)?, preguntamos a Filgueira.
La Ciudad hizo una primera versión del Inventario de GEI en 2003. Luego, en 2009, se llevó a cabo la primera actualización de toda la serie desde 2000 hasta 2008.
Ese último año sirvió como la línea base a partir de la cual se planteó la estrategia de reducción en las emisiones de los distintos sectores (la comunidad y el Gobierno). Como resultado, se elaboró el primer Plan de Acción de Cambio Climático 2010-2030 de la Ciudad.
En 2012, Buenos Aires fue seleccionada para realizar una prueba piloto del estándar Global Protocol for Community-Scale Greenhouse Gas Emission Inventories (GPC, por sus siglas en inglés), el cual plantea los lineamientos compartidos para los gobiernos locales a la hora de realizar inventarios de GEI.
Este protocolo nos permitió darle robustez y precisión técnica a nuestro inventario, además de volverlo comparable con el de otras ciudades a fin de aprender y compartir experiencias.
Por último, a lo largo de 2015 se realizó la actualización de toda la serie de datos del período 2000-2014 según el estándar GPC. Asimismo, se elaboró el inventario 2014 de acuerdo con el nivel de reporte básico del GPC (que incluye las emisiones de los sectores ‘Energía Estacionaria’, ‘Transporte’ y ‘Residuos’ en las actividades desarrolladas dentro del límite geográfico de la Ciudad).
En base al Inventario de GEI 2014, durante ese año se alcanzó un total de emisiones de 12.928.646 toneladas (Tn) de dióxido de carbono (CO2) equivalente. Esta fue la línea de base para la primera actualización del Plan de Acción frente al Cambio Climático en el periodo 2016-2020 de la CABA.
Tener un inventario de GEI realizado según el estándar GPC permite un análisis de la situación actual de las emisiones de la CABA con rigurosidad y exactitud técnica, el cual funciona como evidencia precisa a la hora de planificar las acciones de mitigación necesarias. Es la fotografía del momento donde la Ciudad se encuentra y a partir de la cual se pueden identificar los sectores con más emisiones para luego decidir qué otras políticas -además de las que ya están vigentes- van a implementarse para reducirlas.
¿Por qué cree que el cambio climático no parece ser una gran preocupación entre los porteños?
Porque suele percibirse como algo cuyas consecuencias van a ocurrir en un futuro lejano. Buena parte de la población no lo siente como algo que requiere atención urgente. No obstante, creo que los porteños tienen un creciente interés y conocimiento sobre el cambio climático.
Los eventos climáticos extremos como las lluvias intensas y las olas de calor están ocurriendo con cada vez mayor frecuencia, lo cual hace que el fenómeno aparezca cada vez más en las conversaciones diarias y en los medios de comunicación.
Vale destacar que desde el Gobierno de la Ciudad se realizan campañas de concientización en diferentes temáticas (transporte, residuos, energía, etc.), pero todo confluye, finalmente, en un mismo punto: el cambio climático.
Debemos ser muy cuidadosos acerca de cómo comunicamos este tipo de cuestiones, porque tampoco es razonable que un niño vea títulos o publicidades catastróficas y se sienta responsable de una situación que tiene muchos años gestándose.
Lo importante es entender que todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad y un rol a cumplir para enfrentar el desafío que nos pone por delante el cambio climático. Lo dijo el Papa Francisco en la encíclica ‘Laudato Si’: tenemos que cuidar entre todos la casa común.
¿Cuáles son los avances obtenidos en materia de gestión de residuos, incluyendo los electrónicos?
Desde 2013 la CABA viene llevando adelante, de manera sistemática, un enorme esfuerzo para reducir las toneladas que todos los días enterramos en rellenos sanitarios. Para lograrlo, la Ciudad trata sus residuos en la primera planta mecánica biológica del país; inauguró el centro de reciclado Varela (donde se tratan áridos, poda, plástico PET y orgánicos); y formalizó a más de 4.500 recuperadores urbanos para absorber el material reciclable y así apostar por la capilaridad económica y la inclusión social.
En cuanto a los aparatos eléctricos y electrónicos en desuso, éstos son residuos especiales que precisan un programa específico, ya que si bien más del 90% de sus componentes son reciclables, también poseen metales pesados.
Mediante campañas específicas, como la que hicimos durante julio y agosto, y la recepción en los Puntos Verdes Especiales y el Punto Verde Móvil, estamos recuperando estos aparatos que están en manos de los vecinos, y enviándolos a la Cooperativa Reciclando Trabajo y Dignidad. Allí se reparan o desarman, según su estado, y se reciclan todos los materiales posibles. Los que no pueden ser reciclados, en tanto, reciben una disposición final adecuada.
Nuestro objetivo es que los vecinos puedan darle un fin seguro a estos aparatos. Por eso, trabajamos paralelamente tanto en ampliar la red de Puntos Verdes que reciben electrónicos como en implementar esquemas de Responsabilidad Extendida al Productor para que productores, importadores, ensambladores y comercios también se hagan cargo y brinden respuestas a nuestra ciudadanía y al medio ambiente. Es importante resaltar, por cierto, que en otros países la Responsabilidad Extendida al Productor es una obligación.
Entre todas las diferentes políticas que se vienen ejecutando en la Ciudad, ya se ha logrado reducir en más de un 50% la cantidad de residuos que se envían a relleno.
¿Cómo se está trabajando para promover el diseño urbano sustentable?
En la Agencia estamos articulando esfuerzos con otras áreas del Gobierno para impulsar la implementación de políticas de construcción sustentable en diferentes proyectos.
Buscamos generar la incorporación de criterios de eficiencia energética, captación y reutilización de aguas de lluvia, energías renovables, manejo sustentable del sitio (minimización de la impermeabilización), uso eficiente del agua y materiales de bajo impacto.
Hasta el momento la recepción es muy buena, por lo que estoy convencido de que habrá cada vez más construcciones con este concepto incorporado.
Además, estamos dictando cursos en el Centro de Información y Formación Ambiental para capacitar -por ejemplo- a instaladores de colectores solares térmicos. Creemos que cada vez habrá mayor demanda de este tipo de alternativas, y queremos que la Ciudad cuente con los profesionales necesarios para brindar las respuestas requeridas.