Autoridades brasileñas encontraron en el archipiélago de Abrolhos, considerado como la mayor cuna de ballenas jorobadas del Atlántico Sur, restos de petróleo procedentes del vertido que afectó a cientos de playas en el litoral nordeste del país, informó hoy la Marina.
Pequeños fragmentos de crudo fueron encontrados y retirados en Santa Bárbara, una de las cinco islas que conforman Abrolhos, un santuario ecológico localizado en el litoral sur del estado de Bahía, que también alberga corales de gran valor.
Desde el pasado 2 de septiembre más de 1.000 toneladas de petróleo llegaron a cerca de 300 playas de los nueve estados de la región nordeste de Brasil, que atrae a miles de turistas todos los años por sus aguas transparentes, arena fina y rica biodiversidad, informó EFE.
La Policía Federal investiga a un buque de bandera griega cargado con petróleo venezolano como el presunto responsable de lo que fue calificado como el “mayor desastre ecológico” en el litoral de Brasil.
Las investigaciones indican que el derramamiento de crudo, del que aún se desconoce si fue accidental o intencional, ocurrió a unos 700 kilómetros de la costa brasileña “entre los días 28 y 29 de julio”, fechas en las que solo ese buque de bandera griega, de nombre Bouboulina, pasó por esa región, según la Policía Federal.
Agentes policiales realizaron ayer una serie de allanamientos a direcciones de Río de Janeiro que pertenecen a una empresa que estaría vinculada al barco de bandera griega.
En los últimos días había crecido el temor a que las viscosas y tóxicas manchas de petróleo llegasen al archipiélago de Abrolhos, como finalmente registró este sábado la Marina.
Las autoridades ya habían encontrado en la víspera algunos restos de crudo en la playa “Ponta da Baleia”, en el municipio Caravelas, próximo a las islas.
La Marina subrayó que varias de sus embarcaciones vigilan la región de Abrolhos ante la posibilidad de que en las próximas horas lleguen más manchas de petróleo.
Abrolhos, con una superficie aproximada de 91.300 hectáreas distribuidas en cinco islas, recibe a ballenas jorobadas en su fase reproductiva.
Los cetáceos, que pueden medir hasta 16 metros y pesar 40 toneladas, están en todos los océanos, pero llegan a Brasil entre julio y noviembre para reproducirse en las aguas cálidas de los trópicos.
Inician la temporada de reproducción alejados del duro invierno de la región Antártida y permanecen entre cuatro y cinco meses, hasta que sus crías están lo suficientemente desarrolladas para regresar con sus madres al continente más austral de la tierra.