Fluence Argentina, compañía de tratamiento de aguas, efluentes y reúso, recibió el Premio APSAL 2020 de la categoría Responsabilidad Social Empresaria (RSE). Se trata de un reconocimiento a una acción educativa, enfocada en las nuevas generaciones, sobre la importancia del manejo correcto del recurso líquido clave para la vida.
El programa de RSE encarado por Fluence Argentina tiene como uno de sus objetivos educar a los jóvenes acerca de la importancia en el uso y tratamiento correcto del agua y de sus efluentes. La Asociación Profesionales de Salud y Alimentos (APSAL), institución interdisciplinaria sin fines de lucro que fomenta el intercambio de conocimientos, eligió destacar la actividad que en 2019 realizó la empresa con escuelas marplatenses.
En esta acción, estudiantes de distintas edades recrearon un proceso de tratamiento y reúso de efluentes, para demostrar que se pueden transformar líquidos con sustancias peligrosas en agua apta para consumo humano, protegiendo de esta manera las fuentes de este bien vital.
Ana Paula Tapia, Gerente de Marketing para Sudamérica de Fluence, comentó que “los jóvenes de hoy serán los líderes del mañana y nos concierne que crezcan con una correcta información en un contexto donde las reservas de agua potable se encuentran en una crisis sin precedentes. Nuestro medioambiente necesita de un correcto empleo de los recursos, y con la tecnología que hoy está a nuestro alcance podemos hacerlo sin tener que caer en la ficción o en algún imposible”.
La iniciativa se generó en un contexto mundial en el cual las reservas de agua potable se encuentran en una situación delicada según informes de la OMS, UNICEF y otras organizaciones mundiales. Sin embargo, en Argentina y otras partes del planeta, existen tecnologías y profesionales ampliamente capacitados para manejarlas de forma sostenible.
La reutilización de agua es un proceso de probada eficiencia que ya es utilizado por países como España, Singapur, Emiratos Árabes, Israel, Estados Unidos y Brasil, entre otros. Además de que puede producir agua potable, de calidad superior a cualquier otra, evita el descarte de efluentes en ríos y mares, previniendo la contaminación de dichos recursos.