Por : Pablo Gago – Director de Futuro Sustentable
El pasado 5 de Junio, en medio de la pandemia por COVID-19, celebrábamos confinados el “Día Mundial del Medio Ambiente”. En materia ambiental el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié reaccionó rápidamente y refrendó con Gustavo Solari, presidente de CAITPA, un acuerdo que prevé el aumento de la capacidad instalada de tratamiento de residuos identificados como Y1 (desechos clínicos resultantes de la atención en hospitales, centros médicos y clínicas para salud humana y animal). Asimismo, CAITPA se comprometió a poner a disposición un plan de contingencia y a realizar las modificaciones necesarias en el marco de la actual emergencia sanitaria, para que los residuos patogénicos no sean un problema en esta pandemia.
Pero independientemente de la suscripción de dicho compromiso, en materia de residuos nos queda mucho camino por recorrer, implementando tecnologías como MBT, Esterilización por Autoclave, Coprocesamiento, Remediación por Bio o Desorción Térmica, entre otras que nos permitan crecer en volumen de tratamiento en sus diferentes tipos, apostando a una economía circular.
El COVID-19 nos hace ver donde estamos parados, y evidencia diversas situaciones que nos hacen pensar que no se debe producir la degradación ambiental. Es tiempo de dialogo para de una vez por todas tener premisas claras que señalen el camino ambiental de la industria para su reactivación definitiva, y entender cuál será el nuevo rol de la industria post pandemia.
Pero atención, no alcanza con una política de estado avocada solamente a los residuos, el ambiente necesita tener reglas claras para la industria en general, el sector del campo, la energía (Vaca Muerta y extracción convencional) y la minería.
Es necesario que todos los sectores se sienten en una mesa de diálogo, para tener premisas claras de una vez por todas que señalen el camino ambiental de la industria hacia la reactivación definitiva.
En nuestro país, los expertos indican que debemos realizar una reforma laboral y tributaria, y en este sentido el ambiente no queda afuera, sino que debemos acelerar la implementación de nueva legislación y fiscalización que posibilite tener una nueva agenda ambiental sólida y sustentable.