Enel Green Power ha decidido abordar el problema de la erosión del suelo y de la inestabilidad hidrogeológica, un proceso que se debe cada vez más a la deforestación, a la construcción y a la urbanización y que corre el peligro de empeorar con el cambio climático y los eventos meteorológicos extremos relacionados.
Las vertientes, taludes de las carreteras y de las vías férreas, las riberas de ríos y torrentes, las zonas degradadas, las canteras, las minas y los vertederos son los lugares típicos donde se manifiestan las consecuencias de la erosión.
Sin embargo, este fenómeno puede afectar también a los lugares físicos en los que se encuentran las centrales de energía renovable y limpia. Las obras de construcción de las plantas tienen en cuenta las diferentes condiciones pedológicas, agronómicas y geotécnicas del terreno, aunque, con el tiempo, pueden producirse modificaciones de las condiciones del terreno.
En este sentido, EGP testea una nueva solución contra la erosión del suelo. Se trata de una práctica antigua y completamente natural: una mezcla de simientes de plantas herbáceas de enraizamiento profundo (libres de OGM y cuyas raíces pueden alcanzar los 4-5 metros de largo), resistentes a la sequedad y capaces de adaptarse a cualquier tipo de terreno, incluso con diferentes grados de acidez (ph), y a cada clima, con temperaturas variables de -40 a +60 grados centígrados.
Son plantas herbáceas no invasivas y capaces de capturar una cantidad de anhídrido carbónico de hasta un 400% más que otros tipos de plantas.
“Innovar significa también trasladar soluciones de un sector a otro, generando conexiones virtuosas entre ámbitos aparentemente muy diferentes. A través de esta experiencia estamos vinculando soluciones agronómicas innovadoras a la generación eléctrica con el fin de validar nuevas metodologías totalmente ecológicas que puedan integrar mejor en el territorio nuestros activos renovables”, declaró Nicola Rossi, responsable de Innovación de Enel Global Power Generation.
Natural y sostenible, esta iniciativa no recurre a geopolímeros, y a técnicas y productos típicos de la ingeniería hidráulica tradicional.
Las semillas de las plantas herbáceas son seleccionadas cuidadosamente según la zona en la que serán utilizadas. Depende de la compatibilidad con la flora local. Estas se arraigan con facilidad gracias a la forma de sembrarlas. Se esparcen en el terreno, mezcladas con una solución acuosa, que provoca un efecto de cola natural.
“Esta solución natural y totalmente sostenible puede detener los fenómenos erosivos fomentando, al mismo tiempo, la renaturalización de vertientes problemáticas, favoreciendo la biodiversidad y acelerando la sucesión ecológica”, señaló Miriam Di Blasi, responsable de Medioambiente y Mitigación de Impactos de Innovación Enel Green Power
Esta experimentación continuará en los próximos meses en lugares concretos del territorio italiano. Empezará por la central eólica de Castelmauro, en Molise, actualmente en construcción, donde la intervención será útil para atenuar el impacto de las infraestructuras viarias de terraplenes con cal.