Por Andrés Nápoli – Director Ejecutivo de FARN
Este domingo, 14 de noviembre, son las elecciones legislativas y la relevancia ambiental en la agenda de los candidatos y candidatas es prácticamente nula. No existen menciones para estos temas, salvo en los partidos de izquierda o en algún discurso de campaña. En líneas generales se puede visualizar que no hay una propuesta política para hacer frente al cambio climático y sus consecuencias.
La temática ambiental, aunque no se discute de manera directa, atraviesa cada una de las decisiones que tarde o temprano tendremos que adoptar como sociedad a nivel global, y Argentina en particular, porque por más que sea un país que contribuye poco a las emisiones de efecto invernadero, en términos globales, va a sufrir muy directamente el impacto de esta crisis, que se está dando de manera paulatina, y cambiará sustancialmente el mundo y las relaciones económicas que conocemos.
Si analizamos las medidas llevadas a cabo durante los últimos años o las propuestas electorales en estas y otras elecciones respecto al ambiente podemos ver que la deuda de la política con el cambio climático son totales. En verdad el tema ha ingresado a la agenda pública no por iniciativa de quiénes tienen a su cargo las decisiones políticas, sino que han venido desde el reclamo social: desde la movilizaciones, desde situaciones de catástrofes, o momentos críticos como son los incendios, las inundaciones o las sequías, y también, desde los fallos judiciales que vienen precedidos por una movilización o una activación judicial por parte de la sociedad.
En este sentido, en el Congreso hay una falta de tratamiento de normas muy importantes para el ambiente, tanto la Ley de Humedales; como la necesidad de incorporar los delitos ambientales en nuestro código penal, lo que permitirá sancionar a quienes son los responsables de arrasar con nuestra biodiversidad; y la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental, entre otras medidas.
Hoy no hay políticas tendientes a mitigar la crisis climática o medidas para generar lo que es la adaptación a las consecuencias que esta traerá, inclusive escuchamos a algún candidato negar el cambio climático. Pero, lo que sí no se puede negar es que el reclamo ambiental llegó para quedarse y cuya inclusión en la agenda y en las políticas públicas será exigido por los movimientos jóvenes y sectores sociales cada vez más importantes.