El nuevo edificio de Coca-Cola de Argentina, ubicado en Vedia al 4000, en el barrio de Saavedra, recibió la certificación LEED Platinum (Leadership in Energy & Environmental Design), la máxima distinción de proyectos de construcción que demuestran un compromiso con la sustentabilidad al cumplir los más altos estándares de desempeño en eficiencia energética y bajo impacto al medio ambiente desde la construcción de sus cimientos y durante su uso posterior.
De esta manera, se consagró como el proyecto más sustentable y comprometido con el medio ambiente del país tras certificar con la puntuación más alta (91/100 puntos), lo que también lo posicionó entre los 4 mejores puntajes sobre un total de 40 proyectos entre Argentina, Chile y Brasil.
La construcción bajo estándares LEED, implica además beneficios como ahorros en los costos de operación y mayor eficiencia en la operación y mantenimiento, incremento en la productividad y la salud de sus ocupantes. En resumen, una edificación modelo con gran valor agregado para su entorno y el mercado inmobiliario en su conjunto.
Desarrollada por el United States Green Building Council (USGBC) y administrado por el Green Building Certification Institute (GBCI), la certificación LEED goza hoy en día del mayor reconocimiento en la industria de la construcción en los Estados Unidos, así como a nivel internacional.
El edificio Coca-Cola
Inaugurado el 8 de mayo de 2018, se trata de una construcción de 15.000 m2, con 14 pisos y espacios abiertos de trabajo que alberga al equipo de la operación local y es también sede regional para las autoridades de la unidad de negocios Cono Sur.
En materia de sustentabilidad, entre algunos de los aspectos de la construcción se destaca la terraza que cuenta con paneles solares que generan el 3% de la energía que consume el edificio. En esta línea, también se instalaron sensores de luz natural y de presencia y sistemas automatizados de cortinas con el objetivo de maximizar el aprovechamiento de luz natural.
Asimismo, el edificio cuenta con espacios con superficie vegetada con especies autóctonas, que permiten no sólo absorber gran parte del agua de lluvia, sino también ralentizar el escurrimiento de agua, que es dirigida a un tanque de recupero de agua de 70.000 litros de capacidad en donde ingresa a un proceso de filtrado para luego incorporarse nuevamente al edificio para descargas en baños, para riego y para el uso de las torres de enfriamiento. De esta forma, toda el agua de lluvia es reutilizada dentro del edificio evitando que se transfiera a la red pluvial de la Ciudad de Buenos Aires.
Sumado a esto, el edificio fue ideado con una filosofía 100% open-space, que propicia el trabajo colaborativo en equipo, la integración entre áreas y la agilidad en la ejecución de los proyectos de manera innovadora, optimista y creativa, en línea con la nueva cultura de trabajo de la Compañía.
En total, la obra representó una inversión de US$50 millones y formó parte del plan de US$1.000 millones que Coca-Cola ejecutó en el período 2016-2018 en Argentina.