El Gobierno francés formalizó su decisión de cerrar la central nuclear de Fessenheim, la más antigua de las que están en servicio, aunque no fijó una fecha precisa, lo que deja entrever la posibilidad de que el próximo gobierno dé marcha atrás con la medida.
La ministra de Ecología, Ségolène Royal, comunicó en un mensaje de Twitter la publicación del decreto “para poner fin a la autorización de la central”, ubicada en Alsacia, cerca de las fronteras alemana y suiza.
Royal había mantenido un entredicho en los últimos días con la dirección de Electricité de France (EDF), la empresa estatal que explota el complejo atómico, y había adelantado que el decreto se adoptaría antes del fin del mandato de su Gobierno, dentro de un mes.