Por: Pablo Gago – Director de Futuro Sustentable
El próximo 5 de Junio celebramos el “Día Mundial del Medio Ambiente”, una fecha que se festeja desde el año 1973. El día coincide con el inicio de la Conferencia de Estocolmo en 1972, a través del cual las Naciones Unidas estimulan la concientización y además intensifican la acción política sobre el ambiente a nivel mundial.
Pero independientemente de la acción política de los países, es la población la principal interesada en respetar y que se respete el medio ambiente.
La llegada del COVID-19 pone muchos temas sobre la mesa, y se evidencian diversas situaciones que nos hacen pensar que no se debe producir la degradación ambiental. Es tiempo de replantear la gran encrucijada socioambiental que aún deben resolver los países del mundo. Y hoy debemos reconvertirnos o reinventarnos para gestionar nuevos modelos de producción, y entender cuál será el nuevo rol de la industria post pandemia.
En nuestro país, a paso lento, se empieza a retomar la actividad, pero con fuerte asombro vemos que los servicios ambientales no han sido considerados esenciales. Entonces, ¿quién protege al medio ambiente y, por ende, a la salud de la población?, se preguntan desde la Cámara Empresaria de Medio Ambiente (CEMA).
Mientras que hoy, en épocas de cuarentena, la preocupación pasa por el posible aumento exponencial de residuos hospitalarios/ patógenos, no perdamos de vista el control de los efluentes industriales y domiciliarios/ municipales.
El COVID-19 nos pone en alerta y nos permite darnos cuenta de la importancia que tiene la higiene y la sanidad en nuestras vidas (agua y efluentes, residuos, etc) y las responsabilidades de todos los actores.
Actores privados y públicos no deberían tener excusas técnicas y económicas para el desarrollo de programas de protección y cumplimiento de normas ambientales.
Es hora de no postergarnos y como sociedad, todos juntos, actuar responsablemente.