Brasil decretó estado de emergencia por los incendios forestales en la selva amazónica, uno de los denominados pulmones de La Tierra.
Tras más de dieciséis días en llamas, se movilizaron todos los efectivos disponibles para intentar aminorar un desastre medioambiental que parece irreversible.
“El clima seco, el viento y el calor hicieron que los incendios aumentaran considerablemente en todo el país. Los miembros de la brigada de ICMBIO e IBAMA, equipos y aviones están totalmente disponibles para los Estados y ya están en uso”, señalaba en su cuenta personal de Twitter Ricardo Salles, ministro de medioambiente brasileño.
Brasil batió este año los registros de incendios en su selva amazónica. Entre enero y lo que va de agosto ha habido 72.843 focos detectados por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), que los recuenta por vía satelital. Es la cifra más alta desde que en 2013 comenzaron a divulgarse estos datos.
Se trata de un aumento del 83% respecto al mismo periodo en 2018.
Desde el jueves, las imágenes satelitales del INPE detectaron casi 10.000 nuevos incendios forestales en el país, principalmente en la cuenca del Amazonas donde han afectado 68 reservas protegidas por motivos ambientales o por los indígenas de la zona.