Este lunes 2 de diciembre comienza en Madrid la Cumbre Mundial del Clima o COP25, que se llevará a cabo en el recinto ferial de Ifema, luego de que Chile cancelara la organización debido al conflicto que atraviesa el país.
El predio cuenta con siete pabellones en más de 100.000 metros cuadrados, adonde se prevé que asistan 30.000 visitantes, conformados por delegaciones de 196 países y más de medio centenar de jefes de Estado y Gobierno y responsables de organismos multilaterales.
Durante el evento, que se extenderá hasta el 13 de diciembre, estarán disponibles una zona “azul” administrada por Naciones Unidas, destinada a reuniones y negociaciones formales, y una zona “verde”, que para la participación de la sociedad civil.
Tras una visita por el lugar en la previa de la COP25, la ministra en funciones para la Transición Ecológica de España, Teresa Ribera, junto con su homóloga chilena, Carolina Schmidt, y la secretaria Ejecutiva de la ONU sobre Cambio Climático, Patricia Espinosa, protagonizaron la tradicional “entrega” de las instalaciones de la cumbre climática a Naciones Unidas.
Junto a las banderas de España, Chile y la ONU, destacaron la necesidad de que los gobiernos trabajen juntos para seguir impulsando la acción contra la crisis climática.
“El éxito de la conferencia exigirá salir convencidos de la voluntad de generalizar y acelerar la acción global”, consideró Ribera.
Por su parte, la ministra chilena remarcó que hay “que cambiar el rumbo y adquirir nuevos compromisos más ambiciosos en el marco del Acuerdo de París”.