Un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) comenzó a promover la plantación y regeneración de especies nativas para la reproducción del bosque, a diez años de un incendio que afectó cerca de 30.000 hectáreas en la provincia de Jujuy.
Se trata de un proyecto piloto que restituirá el potencial productivo y las posibilidades de manejo forestal, al pie de los cordones montañosos orientales del noroeste de argentino y el sur de Bolivia, conocido como las Yungas.
Esta zona, reconocida por su gran diversidad de especies vegetales, se denomina selva pedemontana y actúa como un espacio de transición y en el que se encuentran especies arbóreas destacadas como cedro, roble, afata, nogal criollo, quina colorada y tipa colorada, entre otras.
Entre 2009 y 2013, varios incendios afectaron unas 30.000 hectáreas en la cuenca forestal Caimancito, en Jujuy, y degradaron los bosques de la región. Esta situación generó pérdidas productivas e impactó en los servicios ecológicos que prestan.
Con el objetivo de recuperar el potencial productivo y las posibilidades de manejo forestal de los bosques afectados, el equipo de investigación forestal del INTA Yuto (Jujuy), promueve la plantación y la regeneración de las especies nativas.
Para dar inicio a las tareas, se conformó una mesa de gestión integrada por el equipo de investigadores del INTA, del Ministerio de Ambiente de la Provincia de Jujuy a través de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y la Dirección Provincial de Manejo del Fuego, del Nodo Norte 1, de la Asociación Foresto Industrial de Jujuy (AFIJUY) y productores forestales de la región afectada por los incendios.
En ese ámbito se identificaron cuatro sitios experimentales, localizados en la selva pedemontana de las Yungas en los departamentos Ledesma y Santa Bárbara, dentro de lo que se denomina cuenca forestal Caimancito.
Para los trabajos de restauración se emplearon más de 8.000 plantines forestales. En este sentido, las especies nativas que fueron seleccionadas para su implantación fueron cedro (Cedrela balansae), lapacho rosado (Handroantus impetiginosus), afata (Cordia trichotoma), tipa blanca (Tipuana tipu), pacará (Enterolobium contorsiliqum) y tipa colorada (Pterogyne nitens).
Se estima que para 2022 contarán con resultados concretos sobre el crecimiento de los árboles introducidos y de aquellos monitoreados para su regeneración natural.
Las yungas son ecorregiones de bosque andino y selva de montaña que se distribuyen a lo largo del flanco oriental de los Andes centrales. Con un relieve típico de montaña, en el que predominan las pendientes desde muy pronunciadas a leves, esta ecorregión, según el Fondo Mundial para la Naturaleza global (WWF, por sus siglas en inglés’), se localiza desde el norte del Perú, atraviesa Bolivia y llega hasta el norte de Argentina.