China invertirá cerca de 3.000 millones de dólares en construir plantas fotovoltáicos cuyos paneles reproduzcan la imagen de uno de sus tesoros más preciados, los osos panda.
Este original proyecto surgió a raíz de una propuesta que la joven de 15 años Ada Li Yan-tung formuló en 2015 ante la ONU. Su objetivo, explicó, era que sus compatriotas se interesaran más por las fuentes de energía ‘limpias’.
A pesar de que en un primer momento pudiera parecer una idea infantil o descabellada, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la compañía Panda Green Energy Group, el mayor desarrollador solar del gigante asiático, decidieron darle una oportunidad.
De este modo, en junio de 2017 entró en funcionamiento la primera planta-panda en la localidad de Datong, una instalación de 100 Megawatts (Mw) que conllevó una inversión cercana a los 52 millones de dólares y es capaz de abastecer las necesidades anuales de unos 10.000 hogares.