A mediados de este mes, los paseantes del sector de Punta Hermengo, entre el muelle y la entrada al bosque, lugar conocido ampliamente a nivel mundial por el hallazgo de las huellas del tigre dientes de sable “Felipeda miramarensis”, fue noticia nuevamente, pero no por hallazgos paleontológicos, sino porque apareció muerto un raro cetáceo, lo que generó confusión al comienzo para su identificación.
Inmediatamente se acercó personal de Prefectura para seguir el protocolo sobre la presencia de animales muertos sobre la costa, seguido por personal del Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar, quienes tomaron los primeros registros.
Debido a los fuertes vientos y el oleaje, el ejemplar fue luego arrastrado por la marea y no se supo nada, hasta este último fin de semana en que fue avistado su cuerpo a casi tres kilómetros al sur del, frente al bosque Florentino Ameghino.
Debido a esto se pusieron en contacto científicos del Grupo de Investigación “Biología, ecología y conservación de mamíferos marinos” del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de la Universidad de Mar del Plata y Conicet: Lic. Carolina De León, Dra. Andrea Elissamburu y Lic. Ramiro Bagnato, quienes realizaron la necropsia en el lugar junto al personal del museo miramarense.
El ejemplar fue hallado por Gonzalo Auriti – Primavera, quien además facilitó el vehículo 4 x 4 para llegar al lugar. También participaron Daniel Boh, encargado del Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar, Mariano Magnussen del área técnica del museo miramarense y Francisco Elguero, colaborador del mismo.
El animal recuperado y estudiado corresponde a un Zifio de Héctor (Mesoplodon hectori), es un cetáceo Odontoceto, o sea con dientes, como los delfines o las orcas, pero perteneciente a una familia particular que se denomina Zífidos. Estos tienen un hocico más delgado y algunas características particulares como la casi ausencia de dientes que, en muchos casos serían sólo dos y diferentes para machos y hembras.
En este caso se trataba de un ejemplar macho juvenil de casi tres metros de largo, cuando los adultos llegan hasta los cuatro metros y medio. El nombre es en honor a James Héctor, fundador del museo de Wellington, Nueva Zelanda.
Esta especie es típica del hemisferio sur, pero al igual que el resto de la familia, no se sabe mucho sobre sus costumbres puesto que habitan lejos de las costas, por lo que cada varamiento es una oportunidad importante para conocerlos mejor.
Si bien ya presentaba cierto grado de descomposición se pudieron rescatar varios órganos, que luego serán estudiados en el laboratorio y se tomaron muestras para estudios genéticos. Una vez finalizada la tarea se procedió a enterrar el cuerpo para recuperar y conservar el esqueleto para el museo miramarense, que ya cuenta con un cráneo de otra especie, un Zifio de Cuvier, hallado hace muchos años.
Por otro lado, el Museo Municipal Punta Hermengo, justamente se encuentra mudando su cede a otro edificio próximo, debido al aumento de colecciones científicas y educativas, junto al proyecto realizado entre la Municipalidad de General Alvarado (Miramar) y la Fundación Azara de Historia Natural.
El personal del Museo local ha recuperado gran cantidad de animales, hallados muertos en estas costas en los últimos veinticinco años, como una ballena azul de 22 metros, una ballena sei de 14 metros, un ballenas franca de 12 metros y otros esqueletos menores como delfines, lobos y elefantes marinos y tortugas gigantes de mar.