El monóxido de carbono es una sustancia tóxica que ingresa al cuerpo a través de la respiración. Puede provocar dolor de cabeza, náuseas, vómitos, desmayos, e incluso la muerte. Muchos accidentes ocurren por año a causa del monóxido. En este sentido, Alejandro Di Lázzaro, director de Relaciones Institucionales en MetroGAS, dialogó con Pablo Gago para el programa Futuro Sustentable, en AM 1220.
Futuro Sustentable: Molesta que la gente confunda monóxido de carbono con gas después de tantas campañas que se hicieron, ¿No?
Alejandro Di Lázzaro: Es cierto. Lo que nos pasa en la empresa es que, como sabemos que todos los accidentes que se producen por monóxido de carbono se pueden evitar -tanto las intoxicaciones como la muerte-, nos da un ánimo para seguir cada año haciendo una campaña y fortaleciéndola para dar consejos y tomar conciencia. No es lo mismo el gas natural que el monóxido de carbono. De hecho, el monóxido se puede producir por una mala combustión del gas natural, pero también de cualquier combustible. Cualquier combustible que combustiona genera monóxido de carbono. El problema es cuando el monóxido de carbono se queda en un ambiente y “le gana” al oxígeno. Ahí tenemos más monóxido que oxígeno y se produce la intoxicación. El monóxido de carbono es muy traicionero, porque no tiene olor, sabor ni color. Cuando te das cuenta, si tenés poca ventilación y no tenés los elementos adecuados para evacuar los gases del ambiente, estás intoxicado. Y la intoxicación es grave, porque lleva a la muerte.
FS: Entonces el monóxido de carbono no es detectable, ¿Cierto?
ADL: Claro, por eso se lo llama “el asesino silencioso”. Al gas natural se le coloca un producto para que genere olor, porque ese gas lo manipulamos y lo manejamos. El otro no, es producto de una mala combustión en tu casa, ya sea por una hornalla que quema mal, por una estufa que estuvo apagada durante seis u ocho meses y quedó hollín o tierra en los quemadores, o si no se limpia el horno durante muchos años, o las estufas que no son de tiro balanceado y tiran el gas hacia el interior de la casa, etc. En ese tipo de cosas hay que tener cuidado para evitar la intoxicación. Con algunos cuidados muy simples y tomando conciencia, podríamos evitar todos los accidentes por monóxido de carbono.
FS: Lo más fácil sería contratar a un gasista matriculado.
ADL: Nosotros recomendamos que un gasista matriculado revise los artefactos del hogar porque es la persona idónea para hacerlo, más allá de que uno se “dé maña” con algunas cosas. Un error puede ser fatal. Entonces, es preferible que lo haga alguien con conocimiento vasto y que te pueda decir dónde está el problema. Una recomendación fundamental es el color de la llama, que tiene que ser azul. Ese es el primer indicio de que algo funciona bien o mal. Si las llamas tienen un color que no es azul, hay que llamar al gasista matriculado para que haga una revisación de los artefactos.