Según un informe del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), uno de cada 10 argentinos vive en una zona cuya agua está contaminada en alguna medida con arsénico. Asimismo, la Argentina es uno de los 12 países con más concentración de arsénico en el agua a nivel global.
Debe destacarse que el consumo de agua contaminada con arsénico de manera sostenida en el tiempo puede provocar enfermedades graves como el cáncer o la anemia, además de afecciones en la piel. A escala regional, la Argentina es una de las naciones con mayores problemas de esta índole, junto con México y Chile.
De acuerdo con el relevamiento, las regiones más afectadas son las provincias del NOA, Cuyo y la llanura chacopampeana, que presentan los valores más altos de arsénico en el agua subterránea. La provincia de Buenos Aires, por su parte, exhibe nueve de cada 10 muestras de agua de la red pública o de pozo con valores por encima de los recomendados.