La obra del Parque Industrial Curtidor (PIC) de Lanús retomó su actividad a principios de junio, siguiendo un protocolo estricto y plan de contingencia especial en el contexto de emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19.
Esta iniciativa de ACUMAR junto a la Cámara de Curtidores de Buenos Aires es financiada por el Banco Mundial (Crédito BIRF 7706-R) y ya alcanzó un avance del 40%. En este momento las empresas se encuentran realizando obras de pavimento, terminando las cámaras de pluviales y avanzando en el muro perimetral para cerramiento de 1300 mts.
Dentro del predio ubicado, ubicado en General Olazabal 3500, se contempla también la construcción de una Planta de Tratamiento de Efluentes Líquidos Industriales (PTELI) que tendrá capacidad de tratar entre 8.000 a 12.000 m3 diarios y contará con tecnología de punta.
En abril se firmó el acuerdo con el consorcio adjudicatario que lleva a cabo el diseño, construcción, puesta a punto y mantenimiento de la planta que tratará los vertidos de las empresas que se asienten en el PIC. Estas tareas ya fueron iniciadas encontrándose en una etapa administrativa y de relevamiento.
Proyecto Parque Industrial Curtidor (PIC)
Mediante este proyecto, el organismo promueve el traslado de curtiembres pequeñas y medianas que, de manera individual, no podrían afrontar los costos de un correcto manejo de efluentes industriales, evitando la contaminación ambiental y permitiendo que cientos de trabajadoras y trabajadores del sector no se vean perjudicados.
Al reunir a las empresas del rubro en una misma localización se facilitará su control y monitoreo permitiendo detectar inconvenientes con mayor anticipación y como consecuencia agilizando las tareas tendientes a disminuir su impacto sobre la sociedad y el ambiente.
Además, permitirá manejos más eficientes de los residuos, minimizará las emisiones a la atmósfera y los impactos de los efluentes líquidos ya que el conjunto de industrias compartirá la misma tecnología de tratamiento, homogeneizando de ese modo la calidad del vertido final.
La actividad curtidora, junto a la galvanoplastía y los frigoríficos está considerada una de las más críticas por su capacidad de vertidos industriales con carga orgánica y química de cromo y sulfuros. Actualmente, en la Cuenca la mayor concentración de establecimientos de este rubro se encuentra en Lanús.