Algunos pobladores locales prefieren evitarlo y lo llaman “una puerta al infierno”. Pero los científicos aseguran que se trata de una ventana única al pasado, un registro detallado de 200.000 años de historia de la Tierra. Como un gigante que comienza a mostrar lentamente su cabeza, el cráter Batagaika ha venido emergiendo en forma dramática del terreno en Siberia. Va quedando al descubierto con el derretimiento del hielo en el suelo permanentemente congelado (permafrost o permahielo) de esta región.
Actualmente el Batagaika tiene 1 kilómetrode ancho y 85 metros de profundidad. La pared del cráter ha crecido un promedio de 10 metros al año. Pero en años de mayor temperatura el incremento ha sido de hasta 30 metros, según un estudio de Frank Gunther y colegas del Instituto Alfred Wegener en Potsdam, Alemania, que han monitoreado el sitio por satélite durante una década.
La abertura representa una rara ocasión de mirar al mismo tiempo al pasado, al presente y al futuro. Las capas de sedimento expuestas revelan cómo fue el clima en la región durante 200.000 años. Restos de árboles, polen y animales revelan que antiguamente la zona fue un bosque denso. Este registro geológico puede ayudar a comprender cómo será en el futuro la adaptación de la región al calentamiento global. Y al mismo tiempo, la aceleración del crecimiento del cráter es un indicador inmediato del creciente impacto del cambio climático en el permafrost.