El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación aprobó TrituLamp, un dispositivo de desarrollo íntegramente nacional orientado a romper y procesar lámparas de bajo consumo y tubos fluorescentes. Vale destacar que, una vez fuera de uso, estos elementos se consideran residuos peligrosos, ya que contienen suficiente mercurio como para contaminar hasta 30.000 litros de agua.
La tecnología fue patentada por el Grupo Pelco, empresa líder en el tratamiento de residuos industriales, cuyos ingenieros imaginaron el proceso y diseñaron los equipos necesarios, dimensionando las bombas y filtros.
Tal como explica Luis Zalazar, gerente de Operaciones del Grupo Pelco, las luminarias de bajo consumo, las fluorescentes y las de alumbrado público, basan su funcionamiento en la ionización de gases. “El objetivo de TrituLamp es poder separar esos gases peligrosos (tales como mercurio, sodio u otros). Sin esta separación, es imposible su correcta disposición final, dado que las luminarias son extremadamente frágiles”, precisa.
Según sus palabras, una vez separados del resto de los materiales, los gases se pasan a través de filtros High Efficiency Particulate Air (H.E.P.A.) y de carbón activado, reteniendo de esa manera los metales pesados. “Por último, vidrios y filtros son dispuestos de acuerdo con la ley en rellenos de seguridad”, completa.
La innovación tecnológica de Pelco, señala el directivo, apunta a todo el mercado. “Las lámparas de bajo consumo domiciliarias, los tubos fluorescentes, han tenido una distribución universal en el pasado. Hoy se utilizan (y aún se comercializan) tanto para uso hogareño como en oficinas. Las luminarias más importantes, como las que se usan en la iluminación de calles o veredas, también integran el universo de lámparas que deben ser dispuestas según la ley para lograr procedimientos que reduzcan el impacto ambiental”, argumenta.
Para grandes cantidades de lámparas, puntualiza, el equipo es móvil y puede ser colocado en la planta del cliente. “De esta manera, se transporta solamente el vidrio y metal triturado, así como los filtros utilizados. Ello tiene una enorme ventaja, toda vez que las lámparas son voluminosas y frágiles. Al viajar al domicilio del cliente se ahorra no solamente el costo de transporte sino, además, el impacto ambiental asociado”, resalta.
Disposición adecuada
A decir de Zalazar, TrituLamp hace posible la disposición adecuada de las luminarias tanto desde el punto de vista de la ley como de la minimización de los impactos asociados al transporte y tratamiento de las mismas. “El uso de las luminarias basadas en mercurio, sodio y otros gases permitió bajar consumos y/o proveer de mejor iluminación que la obtenida con lámparas incandescentes, altamente ineficientes. La contracara de esta utilización ha sido el manejo inapropiado de gases, principalmente de mercurio”, advierte el directivo.
En ese sentido, expone, innumerables problemas de salud asociados con el manejo inadecuado del mercurio llevaron al Convenio de Minamata (para promover su erradicación) y al necesario reemplazo de estas luminarias por las nuevas generaciones de LED. “Sin embargo, el reemplazo debe hacerse con el imprescindible cuidado de la vida y del cumplimiento de la ley”, completa.
Cómo funciona
El tratamiento de tubos y lámparas bajo consumo fuera de uso consiste en una trituración controlada en tambores sometidos a presión negativa, la cual obliga al aire a pasar por procesos de filtrado que aseguran la retención del 99,99% de los polvos y el mercurio presentes.
Las luminarias recolectadas y transportadas a Pelco son trituradas en el equipo TrituLamp, el cual está compuesto por un sistema interno de aspiración y filtrado, dotado de filtros tipo papel y H.E.P.A. Éstos poseen un 99,97% de eficiencia para la remoción de polvo con partículas de un tamaño de 0,3 micrones o mayor.
El sistema contiene, además, un medio peletizado basado en carbón bituminoso activado con azufre. Por su alta capacidad de absorción, el mismo está especialmente diseñado para la captura de vapores de mercurio cuya capacidad de retención es de alrededor de 0,3 kilogramos (kg) de mercurio por cada kg de carbón activado.
Un sistema de presión diferencial indicará el momento de reemplazo de los filtros, los cuales serán colocados en bolsas pláticas herméticas y se dispondrán en rellenos de seguridad. Finalmente, los residuos de vidrio y metal triturados serán dispuestos en función de la clasificación resultante de los análisis correspondientes.
Sin mercurio
Al ingresar al interior del dispositivo, cada lámpara es destruida mecánicamente a través de un sistema posicionado en el centro de la unidad. A partir de su trituración, se generan residuos sólidos (partículas de vidrio y metal, las cuales se precipitan en el fondo de la unidad para su posterior tratamiento) y gaseosos.
El principio de trituración del equipo garantiza trozos de vidrio y evita la pulverización del mismo, lo cual es beneficioso porque facilita la separación del vidrio y el polvo fluorescente, aparte de impedir la presencia de polvo en el ambiente. No obstante, durante el proceso de trituración resulta inevitable la generación de mínimas cantidades de polvo con trazas de mercurio, por lo que el TrituLamp dispone de un sistema de aspiración de vapores y de un sistema de filtración de aire.
Todos los vapores que contienen mercurio pasan a través de los filtros y avanzan hasta el conducto principal de filtrado a base de carbón activado en base de azufre, con el cual reacciona el mercurio formando una amalgama y permitiendo que el aire extraído quede limpio antes de salir a la atmósfera.
El resultado de este proceso son residuos (vidrio triturado y casquillos metálicos) que posteriormente podrán ser tratados, y amalgamas de mercurio recogidas en filtros que serán tratados como residuos y dispuestos de acuerdo con la ley.