Tres yaguaretés fueron captados por cámaras fotosensibles en los monitoreos de fauna que la empresa Ledesma realiza dentro de las 100.000 hectáreas de bosques nativos que preserva en Jujuy, como parte del programa Paisaje Productivo Protegido (PPP) que lleva adelante en colaboración con Fundación ProYungas.
El yaguareté es una especie en peligro de extinción. Se trata del felino más grande de América y fue declarado “monumento natural” en la Argentina. Su avistamiento es una muestra de las buenas condiciones que goza el ecosistema y refleja la salud del entorno natural en la región.
Los yaguaretés aparecieron en “corredores biológicos”, que son espacios que garantizan la movilidad de animales como estos felinos o tapires y osos hormigueros, entre otros. Dichos corredores fueron fijados en el Plan de Ordenamiento Territorial que llevó a cabo Ledesma, y que se convirtió en uno de los primeros ordenamientos territoriales realizados por una empresa privada en el país. Como resultado de ese traajo, que sirvió como antecedente, para la sanción de la Ley de Bosques en la Argentina, Ledesma preserva 100.000 hectáreas en Jujuy, que equivalen en superficie a 5 veces la Ciudad de Buenos Aires.
Una app para BioRegistros
La Fundación ProYungas desarrolló la aplicación BioRegistros, una herramienta que permite a los colaboradores del PPP, empresas, investigadores y trabajadores del campo, registrar a través del celular, la presencia de diversas especies, facilitando el análisis de la biodiversidad y la identificación de posibles amenazas al ambiente.
El programa Paisaje Productivo Protegido es un modelo de gestión impulsado por ProYungas desde el 2010, dirigido a empresas, cooperativas, asociaciones, y otras organizaciones comprometidas con la preservación de espacios de alto valor ambiental. En este marco, la empresa Ledesma a través de sus monitoreos anuales, busca comprender cómo interactúan los ambientes productivos con los sistemas naturales, implementando estrategias de gestión que favorezcan una relación armónica entre ambos.
El ordenamiento territorial es una herramienta de planificación esencial que no solo anticipa las necesidades asociadas a la actividad productiva, sino que también asegura la conservación de los ecosistemas naturales, proporcionando servicios ambientales cruciales para la sociedad.